Reflexiones de Lorenzo Gabriel Paoletti sobre el “Fin de semana sobre la fe y las personas LGBT+. Por una convivencia de las diferencias” (Albano Laziale, 14-16 de junio de 2024)
La profundidad de Albano Laziale. El retiro de Albano Laziale me dejó algo muy profundo sobre lo que reflexionar, sobre cómo nuestra sociedad avanza y cómo, lamentablemente, la Iglesia no. Entre los muchos testimonios, escuché la historia de una persona muy similar a la mía, un abuso de poder por parte de un rector del seminario que me dejó una herida profunda también porque mi “abuso” es muy reciente.
Una herida reabierta. Después de este testimonio me di cuenta que he sufrido abusos pero no les guardo rencor a estas personas, al contrario en la caridad quiero perdonar a estas personas, a pesar de todo el dolor que llevo dentro de mí. También quiero ver el lado positivo de este encuentro, conocí personas maravillosas con quienes tuve intercambios sobre la Divina Misericordia y me di cuenta que está muy extendida en la Tienda de Jonatán y para quien no lo sabía, fue suficiente para Me gustaría decir unas simples palabras: “Me baso en la Misericordia que me lleva a no juzgar” y la comunidad LGBT necesita mucho de esto, el no juzgar es la base para convertirnos en hermanos y hermanas.
Un encuentro con la Misericordia. Desde mi punto de vista, Albano Laziale fue un lugar de contrastes y reflexiones profundas. Por un lado está la herida que se ha reabierto, provocada por un abuso de poder, pero por otro ha habido la oportunidad de conocer personas maravillosas con las que compartir experiencias sobre la Misericordia y la capacidad de perdonar.
Clave de la hermandad. En un momento en el que la polarización y el juicio parecen dominar el debate público, el mensaje de no juzgar y abrir el corazón a la Misericordia.
