«El exquisito aceite de Villanovafranca y las tierras que corren el riesgo de ser expropiadas por el ataque del viento»

Durante muchos años lo he recibido gratis. un preciado y exquisito aceite que procede de olivos centenarios de un terreno de Villanovafranca que hoy se encuentra bajo amenaza de expropiación por “utilidad pública”. Por protestar y defender sus derechos, mi amiga Roberta y su familia acabaron en la portada de la Unión Sarda.

Esta vez, en efecto, mujeres y hombres cerdeños no vinieron a la ciudad para pasar unas horas de relax sino para tratar de defender sus derechos y su tierra, fiel guardiana de sus afectos más queridos. De hecho, ahora se están llevando a cabo acciones de expropiación de tierras en Marmilla, en perjuicio de personas que nunca jamás querrían vender y con ofertas de compensaciones ínfimas, en todos los casos alejadas de los precios de mercado. La injusticia y la arrogancia de El proceso de colonización salvaje en detrimento de Cerdeña ahora está claro para todos también gracias a las denuncias claras, detalladas y detalladas del editor Sergio Zuncheddu y Mauro Pili. a quien siempre debemos agradecer la incansable acción para investigar sus investigaciones.

Sin embargo, todavía percibo una actitud indiferente y casi resignada por parte de la sociedad civil no directamente implicada, que ciertamente, en este caso, no puede esgrimir la excusa de no estar informada. Mientras partidario de la energía sostenible, me hierve la sangre ante demasiadas peticiones descaradas (incluso por parte del Valle de Aosta) y no puedo soportar la idea de que al menos en estas circunstancias no podamos unirnos todos en una acción decisiva para frenar esta política gubernamental prevaricadora, que por otra parte alguien en la Región también habrá apoyado, dado el avance de los procesos burocráticos de numerosas prácticas. No sé cuantos participarán en el evento programado para mañana. Saccargia, espero que seamos numerosos y agresivos para presionar a la Administración Regional para que no se pierda más tiempo precioso. Como recordaba Costantino Nivola en un célebre manifiesto de finales de los años 1960, refiriéndose al asalto especulativo al territorio sardo: “ya no hay lugar para la pasividad y la inocencia”.

María Sias

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