Encuentro mundial de fraternidad. P. Occhetta: “Superar el miedo y la lógica del enfrentamiento”

Encuentro mundial de fraternidad. P. Occhetta: “Superar el miedo y la lógica del enfrentamiento”
Encuentro mundial de fraternidad. P. Occhetta: “Superar el miedo y la lógica del enfrentamiento”

El padre Francesco Occhetta explica a SIR los motivos y objetivos del segundo encuentro mundial sobre la fraternidad, en el que también participará el Papa Francisco. “Reiteraremos el no a la guerra, el sí a la paz, el sí a la mediación internacional y el principio de fraternidad”, que también tiene un significado político: “La UE necesita diputados autorizados y proeuropeos”, en referencia a la próxima elecciones

(Foto Medios Vaticanos/SIR)

“Ofrecer al mundo una Carta Humana que vaya más allá de la mera catalogación de derechos, a menudo ignorados, supere el miedo y la lógica del conflicto e incluya las razones prácticas que hoy nos definen como ‘seres humanos’”. Padre Francesco Occhetta, secretario general de la Fundación Fratelli tutti, resume así a SIR el objetivo principal de la segunda edición de , el encuentro mundial sobre la fraternidad humana organizado por la mencionada Fundación y que se desarrollará los días 10 y 11 de mayo en Roma y el Vaticano, con la Participación de 30 Premios Nobel de la Paz, científicos, economistas, alcaldes, médicos, directivos, trabajadores, campeones deportivos y ciudadanos comunes y corrientes de todo el mundo. También papa francesco participará en una de las 12 Mesas repartidas en lugares simbólicos de la Capital y el 11 de mayo recibirá a los participantes en audiencia privada.

Después de la Declaración de Fraternidad firmada en la primera edición, el Encuentro Mundial sobre la Fraternidad Humana pretende dar un paso más, a partir del llamamiento del Papa Francisco en su encíclica, con la firma de la Carta Humana. ¿Cuál es el mensaje que quieren enviar los premios Nobel de la Paz y todos los participantes los días 10 y 11 de mayo?

Reiteraremos el “no” a la guerra, el “sí” a la paz, el “sí” a la mediación internacional y el “sí” al principio de fraternidad. Hacerlo juntos tiene un fuerte valor social y simbólico. La Declaración sobre la fraternidad firmada el pasado 10 de junio en la plaza de San Pedro estuvo iluminada por las palabras de Francisco: “Somos diferentes, somos diferentes, tenemos diferentes culturas y religiones, pero somos hermanos y queremos vivir en paz”. Este año queremos sentar las bases para

ofrecer al mundo una Carta Humana que vaya más allá de la mera catalogación de derechos, muchas veces ignorados, supere el miedo y la lógica del conflicto e incluya las razones prácticas que hoy nos definen como “seres humanos”.

En Fratelli tutti, el Papa propone la amistad social como una manera de “soñar y pensar en otra humanidad”. ¿Es aquí donde hay que empezar a “hacer de la fraternidad una cultura”, como esperabas al presentar ?

Una primera referencia oficial a la fraternidad se remonta a 1790, cuando la Asamblea Constituyente francesa había establecido por decreto que los diputados debían jurar “permanecer unidos a todo el pueblo francés mediante lazos indisolubles de fraternidad”. Pero ese principio creó una identidad nacional, hizo que “los franceses se sintieran hermanos”, pero separó a Francia de otras naciones y reprodujo el patrón del Imperio Romano de “nosotros contra ellos”.

En la experiencia bíblica, sin embargo, el paradigma de la hermandad es una elección espiritual y cultural,

se refiere a “nacer al lado de otro”, transforma a los compañeros en hermanos, establece la ayuda mutua, ilumina la reciprocidad, va más allá del significado de “fraternidad” regida por vínculos sanguíneos o étnicos en los que se incluye lo similar y se excluye lo diferente. Con previsión, el Papa Francisco la relanzó como un nuevo paradigma antropológico sobre el cual reconstruir gestos y leyes, porque “la fraternidad tiene algo positivo que ofrecer a la libertad y a la igualdad” (Fratelli tutti, n. 103). Y nosotros, a nuestra pequeña manera, intentamos promoverlo.

Volver a poner la fraternidad en el centro de la acción social es un imperativo urgente también desde una perspectiva política. En vísperas de las elecciones europeas, ¿cómo evitar el peligro del “populismo irresponsable” estigmatizado por el Papa en Fratelli tutti?

Devolver la palabra a cuerpos intermedios en el espacio público que permitan a los individuos aplastados en su soledad convertirse en personas, es decir, seres en relación con el mundo que los rodea.

La cultura populista ha desintermediado la propuesta política, humillando las ideas y proyectos concretos de la sociedad, simplificando respuestas complejas y encerrándose en los confines del nacionalismo. La UE necesita diputados autorizados y proeuropeos, partidarios de mejorar la gobernanza, de introducir más federalismo europeo, dispuestos a promover la paz y a confiar mayores poderes legislativos al Parlamento y a la Comisión y a reformar las votaciones tomadas por unanimidad en el Consejo Europeo. El Pacto Atlántico debería renovarse según la intuición de De Gasperi y Spinelli, partiendo de la necesidad de una unión de las fuerzas de defensa de los países de la UE.

Entre los temas que se tratarán en la Carta Humana está también el de la inteligencia artificial, sobre el que el Papa ha llamado la atención varias veces, hasta el punto de que decidió estar presente personalmente en la sesión específica del G7 en junio. ¿Puede la conexión digital convertirse en un vehículo de hermandad?

Sí, en parte ya lo es. Por este motivo, también estará con nosotros el director de la NASA, Bill Nelson, que pronunciará un discurso el sábado 11 a las 18 horas en el Palazzo della Cancelleria. Uno de los grupos de trabajo es el de influencers digitales que fertilizan la red con palabras y espíritu de hermandad. Desde hace algún tiempo, la Iglesia propone la algoretica (ética aplicada a los algoritmos) para frenar la tecnodictadura en curso. Por supuesto, el Papa reconoce “los logros extraordinarios de la ciencia y la tecnología”, pero se preocupa cuando los algoritmos reemplazan las decisiones humanas y los datos son manipulados.

La responsabilidad humana, los valores humanos y la conciencia que nos ayuda a distinguir lo humano de lo inhumano y a calcular las consecuencias de las elecciones en el ámbito tecnológico deben situarse en el centro del G7.

“Nunca más la guerra”, el grito de Francisco desde los Fratelli tutti hasta los innumerables llamamientos para poner fin a los conflictos en esta “tercera guerra mundial fragmentada”. De cara al Jubileo, ¿cómo continuará el camino de promoción de la paz emprendido en los últimos días por los participantes en el encuentro?

La paz es una cultura, la paz negativa, la paz política es la ausencia de guerra, la paz positiva es de naturaleza antropológica y apunta a un mundo justo. La Iglesia desde Benedicto XV grita “Nunca más la guerra”. No debemos cansarnos de reiterarlo y testimoniarlo. En la noche más oscura de la historia siempre ha surgido un nuevo amanecer. Y queremos prepararlo.

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