Día tras día entró en los estigmas recibidos.

«Dar y perdonar»: este es «el ejemplo que nos dejó el Padre Pío». Así lo subrayó el cardenal prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos Marcello Semeraro, al celebrar la misa por el vigésimo quinto aniversario de la beatificación del fraile con los estigmas ayer por la tarde, jueves 2 de mayo, en la iglesia del Santo de Pietrelcina en San Giovanni Rotondo.

En su homilía, el cardenal recordó su anterior visita al santuario de Gargano en junio de 2021, con motivo del vigésimo aniversario de la canonización de los religiosos, y aclaró “lo que, en la práctica de la Iglesia católica, diferencia una beatificación de una canonización”. Destacó que este último extiende el culto del testimonio a toda la Iglesia, mientras que el primero tiene un carácter más local. De ahí la exhortación en el lugar donde «el Padre Pío vivió muchos años de su vida terrena hasta su muerte» a «tener con él y hacia él una mayor intimidad, una gratitud más intensa y una devoción más amorosa».

De hecho, añadió, “es conocido en todo el mundo, pero es necesario que aquí tengamos un culto a él más ejemplar y más vivo, que sepa captar el corazón de su mensaje”.

Comentando las lecturas, el cardenal Semeraro habló luego de los estigmas del Santo. «Para la Iglesia – explicó – la santidad no consiste en que los signos de la pasión se hagan visibles en un cuerpo, sino en que el creyente entra en esos estigmas día tras día, con fidelidad y amor. Y así fue como el Padre Pío empezó a parecerse a Cristo, día tras día: a responder al amor, porque el Crucifijo había querido, por su misericordia, hacerlo semejante”.

Y así, añadió el celebrante, «enseña que la santidad nunca es fácil, porque cuesta tanto como amar, siempre y a pesar de todo; elegir a Dios cada mañana y darle gracias cada tarde.”

También porque, este es el segundo aspecto destacado por el prefecto, «precisamente a causa de la estigmatización, el Padre Pío sintió la necesidad de traducir la caridad de la Cruz que lo había marcado en la espiritualidad de la Caridad que da. San Pío de Pietrelcina pronto combinó su amor por Cristo crucificado con el amor por la humanidad sufriente.” Aquí entonces la experiencia de los estigmas se transforma en él «en un principio operativo» que se concreta en «una gran obra de caridad: la Casa Sollievo della Sofferenza, “criatura de la providencia” sí, como él la llamaba, pero al mismo tiempo tiempo un monumento a su incansable caridad.”

Finalmente, de cara al próximo Jubileo, Semeraro destacó un tercer aspecto de la santidad del fraile; lo que hace años impulsó al periodista Renzo Allegri a llamarlo “Hombre de esperanza”, que “con el perdón de los pecados ejercido en el ministerio de la confesión irradiaba una alegría inefable”. Por eso, añadió el cardenal, “muchos peregrinos vinieron aquí a San Giovanni Rotondo no sólo para participar en la Misa celebrada por él, sino también para poder confesarse con él”, comprobando cómo “en este ministerio” él mantuvo una “actitud constante de total abandono a la misericordia de Dios, tan profunda e intensa que la infunde también a los demás”.

He aquí, pues, las tres instrucciones confiadas por el prefecto a los presentes: “primero, déjate transformar por Cristo para parecerte lo más posible a él”; segundo, “transformar nuestro ser cristiano en obras de caridad”; y finalmente “ser mensajeros de esperanza, especialmente mediante el ejercicio del perdón”.

PREV ActivTrades “Los banqueros centrales siguen cautelosos” en ACTIVTRADES:USDJPY — TradingView
NEXT Primero de Mayo: día de lucha, no de celebración