Feliz 1 de mayo: un día de celebración y lucha por el trabajo y los derechos

Feliz 1 de mayo: un día de celebración y lucha por el trabajo y los derechos
Feliz 1 de mayo: un día de celebración y lucha por el trabajo y los derechos

La elección de la fecha no fue aleatoria: se eligió el 1 de mayo porque tres años antes, en 1886, una manifestación de trabajadores en Chicago había sido reprimida sangrientamente. De hecho, a mediados del siglo XIX, los trabajadores no tenían derechos: trabajaban hasta 16 horas al día, en condiciones terribles, y a menudo morían en el trabajo. El 1 de mayo de 1886 se convocó una huelga general en todo Estados Unidos para reducir la jornada laboral a 8 horas. La protesta duró 3 días y culminó, el 4 de mayo, con la masacre de Haymarket: una batalla real en la que murieron 11 personas.

También murieron los trabajadores que salieron a las calles a protestar. Pero al final la jornada laboral de 8 horas fue ley. Una conquista muy importante que marcó un día de verdadera celebración para quienes habían sido explotados hasta ese momento.

Más de veinte años después de la Ley 68/99, las condiciones de vida de las personas con discapacidad no han mejorado en términos de empleo y la exclusión del mundo laboral sigue siendo una de las principales causas de desventaja, desigualdad y marginación. Según datos de Eurostat, de hecho, alrededor del 30% de los ciudadanos con discapacidad corren riesgo de pobreza o exclusión social, frente al 25% de los que no tienen discapacidad.

Esta correlación es el resultado no sólo de niveles muy bajos de empleo, sino también de condiciones laborales a menudo no inclusivas. El trabajo es un requisito previo de la dignidad para todos. Para las personas con discapacidad también es sinónimo de inclusión social y participación real en la vida de sus comunidades. Sin embargo, en vísperas del Primero de Mayo, no podemos ignorar la profunda exclusión que experimentan las propias personas con discapacidad, que buscan trabajo en vano o intentan desesperadamente conservarlo o, nuevamente, que sufren un trato menos favorable en su empleo diario.

Es necesario un cambio cultural y de paso que garantice finalmente el pleno derecho al trabajo de las personas con discapacidad, con todo lo que ello conlleva en términos de autonomía, independencia y autodeterminación, invocando una nueva cultura basada en los derechos humanos y la igualdad de oportunidades, una visión que produce efectos reales e impactos concretos en las condiciones de vida de miles de personas con discapacidad.

Que sea, por tanto, un 1 de mayo de celebración y protesta civil que nos haga tomar conciencia de que no podemos dejar de luchar porque aún quedan muchos derechos por conquistar y otros por proteger.

¡Feliz 1 de mayo a todos!

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