Alimentar el futuro | Día de la Tierra. Ayer, hoy y mañana, una cuestión de seguridad global.

Alimentar el futuro | Día de la Tierra. Ayer, hoy y mañana, una cuestión de seguridad global.
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Esta semana comenzó celebrando el quincuagésimo tercer Día de la Tierra, cuando desde todos los rincones de nuestro planeta –desde los arrecifes de coral hasta los glaciares, desde los bosques hasta los desiertos– surge la misma urgencia: se acabó el tiempo. Hemos dicho demasiadas palabras y ahora sólo nos queda actuar y reaccionar. En este momento crítico, nunca antes alcanzado, este aniversario no es ni puede ser sólo un aniversario, un carrusel en las redes sociales, un evento: debe ser una advertencia que nos llame a reflexionar profundamente sobre la necesidad de tomar acciones concretas.

Es cierto, durante los últimos cincuenta y tres años hemos logrado avances y hemos sido testigos de cambios importantes en las políticas climáticas globales, pero aún no radicales y está claro que no ha sido suficiente. Porque, día tras día, resulta cada vez más evidente que las heridas infligidas a nuestro planeta a lo largo del tiempo están provocando consecuencias devastadoras. Y las heridas, si no se tratan, pueden ser fatales. La noticia publicada por Copérnico de que marzo de 2024 es el décimo mes consecutivo más caluroso registrado es sólo una de las innumerables señales de advertencia que no podemos ignorar. Pero -y este es el punto- ya ni siquiera podemos “simplemente” comentar. Si hace cincuenta y tres años esta Jornada representaba un grito de concienciación, hoy debe transformarse en un motor de acción. Porque hoy esa conciencia, por sí sola, ya no es suficiente. Si bien ser consciente de un problema es ciertamente el primer paso hacia su solución, sin embargo, en sí mismo, la conciencia no es la solución. Sólo a través de acciones concretas y mensurables podemos esperar cambiar el curso de los acontecimientos y tratar de salvaguardar el futuro de nuestro planeta.

En un mundo donde las señales de alerta climática son comunes, el grito de movilización e iniciativas concretas es esencial. Al fundar el Future Food Institute hace diez años, quise dar nuestra respuesta activa a los signos de sufrimiento en nuestro planeta, empezando por la comida y el agua, nuestras necesidades esenciales. La comida es vida, alimento, es vehículo de valores, cultura e identidad, la comida es sociabilidad. El gran desafío de nuestra era es poder preservar el planeta, alimentando sanamente al hombre y cuidando el ecosistema que lo acoge. La humanidad sólo podrá adaptarse a los grandes cambios que estamos viviendo reaprendiendo a comprender el valor de la nutrición y reconectando con los alimentos, con quienes los producen, los distribuyen, los transforman y los comparten. Comer es un acto esencial para la vida humana, pero requiere consciencia y conciencia. Lo hemos conseguido con numerosos proyectos de innovación, en nuestros living labs y sobre todo formando a decenas de miles de personas, convirtiéndolas en auténticos “moldeadores del clima” y por fin el mundo empieza a comprender que todo está conectado. La seguridad alimentaria y el cambio climático están interconectados. Mi reciente nombramiento para la Comisión de Seguridad Alimentaria en Ginebra Creo que “Seguridad alimentaria: reimaginando la gobernanza global”, de la Fundación Kofi Annan, con el apoyo de la Fundación Rockefeller, representa plenamente esta conciencia.

Junto con los demás miembros de la Comisión – Elhadj As Sy, presidente de la Fundación Kofi Annan y exsecretario general de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR); Amir Abdulla, ex Director Ejecutivo Adjunto del Programa Mundial de Alimentos (PMA) y ex Coordinador de las Naciones Unidas para la Iniciativa de Cereales del Mar Negro; SE Hailemariam Dessalegn Boshe, ex Primer Ministro Ejecutivo de Etiopía y ex Viceprimer Ministro y Ministro de Relaciones Exteriores; Dr. Agnes Kalibata, presidente de la Alianza para la Revolución Verde en África (AGRA); el doctor David Nabarro, ex codirector del Grupo de Respuesta a la Crisis Global de las Naciones Unidas sobre Finanzas, Energía y Alimentos y director estratégico de la Fundación 4SD; el doctor Soumya Swaminathan, Presidente de la Fundación de Investigación MS Swaminathan (MSSRF) y ex Científico Jefe de la Organización Mundial de la Salud (OMS); Y Mariana Vasconcelos, cofundador y CEO de Agrosmart – trabajaremos para desarrollar recomendaciones de políticas basadas en evidencia científica, rompiendo silos, estudiando algunos casos que han podido generar un impacto concreto medido a lo largo de los años, involucrando a actores que hasta ahora no se han llevado a cabo. responsables y por lo tanto nunca han sido siquiera considerados parte de la posible solución, para crear juntos un nuevo sistema de gobernanza global de la seguridad alimentaria, y por tanto de la seguridad del planeta.

El Día de la Tierra no es sólo un momento de celebración sino un poderoso recordatorio de nuestra responsabilidad colectiva para con el planeta. Hoy más que nunca, es fundamental reconocer que cada elección diaria, cada acción en favor de la sostenibilidad, contribuye significativamente a la salud de la Tierra y de toda la humanidad. Hablar de ello seguirá creando conciencia y empujándonos a cada uno de nosotros a convertirnos en un actor activo en la construcción del futuro. Celebrar este día nos une en mantra “¡Come bien, mantente sano, salva el planeta!”, recordándonos que la salud de nuestro planeta es esencial para la salud de la humanidad.

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