Viaje interestelar: la NASA prueba velas solares en el espacio

El cohete Electron fue lanzado el 24 de abril desde Rocket Lab en Nueva Zelanda, que probará velas solares para futuros viajes interestelares.

El 24 de abril de 2024, el cohete de electrones despegó desde el puerto espacial de Laboratorio de cohetes en Nueva Zelanda, con un valioso cargamento a bordo: el Cubosat de la NASA ACS3. La misión, denominada “Beginning Of The Swarm”, tenía un doble objetivo: liberar al Satélite NEONSAT-1 para la observación de la Tierra y probar una tecnología clave para la futuro viaje interestelar: la vela solar.

El cubesat ACS3, construido por la NASA, representa un paso importante en el desarrollo de la propulsión de velas solares. Esta tecnología aprovecha la presión ejercida por fotones emitidos por el sol para empujar un avión al espacio. Aunque el empuje generado es mínimo, con el tiempo pueden acumularse y permitir alcanzar altas velocidades, ideales para viajes largos en el espacio.

Funcionamiento y características del ACS3 para viajes interestelares

ACS3 es del tamaño de un 12U, aproximadamente 12 veces el estándar de una unidad. En el interior se encuentra un mecanismo de cuatro brazos relajantes fabricados en material compuesto. Estas armas son responsables de desplegar la vela solarque tiene un ancho de aproximadamente 80 metros cuadrados y está hecho de material polimérico. El despliegue de la vela se produce en unos 25 minutos. Toda la operación es filmada por cámaras para controlar su correcto funcionamiento.

La propulsión a vela solar ofrece varias ventajas sobre los sistemas tradicionales. Primero, no requiere propulsor. Esto significa que, una vez desplegada la vela, la sonda puede viajar durante periodos de tiempo muy largos sin necesidad de repostar combustible. Además, es un sistema muy eficiente energéticamente, ya que utiliza un fuente de energía renovable y gratuita como la luz del sol.

El objetivo final de la NASA es fabricar velas solares lo suficientemente grandes como para empujar sondas espaciales de baja masa más allá del borde del Sistema Solar. La tecnología probada con ACS3 representa una pieza fundamental para este ambicioso objetivo. Sin embargo, aún quedan varios desafíos por abordar. Uno de ellos es la creación de velas de dimensiones aún mayores y el desarrollo de sistemas de control y navegación adecuados para misiones de larga duración para viaje interestelar.

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