Queridos ciudadanos, ¡Baiano ha ganado! ¡Ganamos!
Cuando una comunidad se une, incluso un monolito cede y más aún los muros de hormigón que desfiguran la fachada de nuestra Iglesia Madre.
A todos los que como nunca habéis querido hacer oír vuestra voz, que no reside en la capacidad de gritar sino en la capacidad de compartir, os extendemos nuestro más sentido agradecimiento con la esperanza de que el nuevo proyecto de rampa pueda compaginar mejor con el valor arquitectónico de la Iglesia de Santa Croce.
Hacer retroceder a quienes creen que lo suyo es siempre la mejor idea no fue tarea fácil, sobre todo ante una administración que intentó defender esa rampa mal hecha hasta la exasperación.
Estamos seguros de que ya se podría haber concebido un proyecto mejor desde el principio, evitando así la necesidad de dos intervenciones posteriores, tanto desde el punto de vista económico como para salvaguardar la integridad de los lugares.
Por ello creemos que es necesario reconocer sinceramente los errores cometidos y asumir un compromiso serio de cara al futuro para evitar situaciones similares.
Recordemos el pensamiento del gran Luciano De Crescenzo: “¡Lo bueno es la duda!… Cuando te encuentres con quienes tienen certezas, una fe inquebrantable, entonces ¡ten cuidado!”.
A nosotros, sin embargo, al reiterar nuestro amor por nuestra Comunidad, sólo nos queda seguir trabajando por el bienestar de nuestro país.
