Una ventana a la poesía de Shakespeare. Reseña de Alessandria hoy

La famosa invocación de Romeo bajo el balcón de Julieta es un tesoro de la literatura que revela la maestría de William Shakespeare en transfigurar un simple momento en una epopeya de imágenes y sentimientos. “¡Silencio! ¿Qué luz entra por esa ventana de ahí arriba? no es sólo una exclamación de asombro, sino el comienzo de un soliloquio que encarna el núcleo romántico del drama “Romeo y Julieta”.

Romeo, demasiado apasionado y anhelante, ve en Julieta no sólo una amada sino también un sol que eclipsa a la luna con su belleza. Esta metáfora se expande en el contraste entre la luz brillante y la sombra envidiosa, entre la audacia de la juventud y los pálidos celos. Las propias estrellas se reducen a meras chispas ante el brillo de los ojos de Julieta. La naturaleza responde a esta radiación de amor y los pájaros pueden cantar creyendo que el sol ha disipado la oscuridad de la noche.

fuera de; (c) Colección de la Royal Shakespeare Company; Proporcionado por la Fundación del Catálogo Público

Con este poema, Shakespeare ofrece una reflexión sobre la naturaleza efímera pero eterna del amor joven. Romeo, en su ardiente discurso, demuestra cómo la presencia de Julieta transforma su mundo, dándole un nuevo significado y un nuevo orden cósmico. En pocas líneas, el autor nos lleva de la solemnidad del silencio a la exuberancia de un amor que no conoce fronteras.

Este poema se puede apreciar por su ritmo y la riqueza de las imágenes; es un fragmento de diálogo que hace eco del deseo universal de cercanía y unión con el ser amado. En él, Shakespeare logra captar la esencia del romanticismo y la intensidad emocional que aún hoy nos golpea y conmueve.

“¡Silencio! ¿Qué luz entra por esa ventana de ahí arriba? por William Shakespeare

¡Silencio! ¿Qué luz entra por esa ventana de allá arriba?
Es el este y Julieta es el sol.

Levántate, sol vivo, y mata a la luna envidiosa,
ya enfermo y pálido de dolor
porque tú, su esclava, la superas en mucho en hermosura.
No seas su sirvienta, porque la luna tiene envidia.

Su manto vestal ya es de un verde apagado,
y sólo lo usan los locos. Tirar a la basura.
Ella es mi mujer; ay es mi amor!
si tan sólo supiera que lo era.
Habla, pero no dice nada. ¿Cómo sucede?

Sus ojos hablan; Te voy a contestar.
No, soy demasiado atrevido; él no me habla;
pero dos de las estrellas más brillantes del cielo,
al tener que irse, sus ojos suplican
brillar en sus esferas hasta que regresen.

¿Qué pasaría si sus ojos estuvieran realmente en el cielo y las estrellas en su rostro?
El esplendor de su rostro degradaría entonces a las estrellas.
¿Cómo la luz del día hace una antorcha? sus ojos en el cielo
fluirían a través del avión espacial tan brillante
que los pájaros cantarían creyendo que la noche había terminado.

¡Mira cómo apoya la mejilla en la mano!
Oh, si yo fuera un guante en esa mano
¡Y podría tocar su mejilla!

Poema de:

bibliotecamo.it

Lea también:

https://it.wikipedia.org/wiki/William_Shakespeare

Me gusta:

Me gusta Cargando…

Tags:

NEXT Primero de Mayo: día de lucha, no de celebración