nada más que un mercado libre, para el aumento del gas y la especulación

Energía: nada más que un mercado libre, para el aumento del gas y la especulación

Ayer la Defensa de la Competencia definió lo que está sucediendo en el sector energético como un verdadero tsunami, en perjuicio de los usuarios. Un huracán de malas conductas, abusos, violaciones y especulaciones descaradas, que se tradujo en daños por valor de más de mil millones de euros a familias y empresas. Federconsumatori ha denunciado en varias ocasiones que, durante el período más difícil para las familias, las empresas proveedoras se han lucrado con los costes energéticos. Y siguen haciéndolo.

Como asociación, recibimos continuamente en nuestras sucursales informes de ciudadanos a quienes se les han cobrado sus facturas a costos irrazonables y completamente fuera del mercado. Después de haber denunciado reiteradamente las prácticas de Enel, que, en algunos contratos, aplicó una tarifa fija de 144 euros al año y un coste por metro cúbico de 2,43 euros (lo que supone un gasto para una familia media de 3.546 euros al año), hoy el récord absoluto lo consiguió Wekiwi.

A los desafortunados usuarios que firmaron un contrato con esta empresa se les envió una factura con un importe fijo de 160 euros al año, a lo que se suma la cifra récord de 5,29 euros por metro cúbico. Esto supone que, para el consumo de una familia tipo de 1.400 metros cúbicos, el gasto anual en gas ascendería a 7.566 euros al año. Una cifra que se diferencia de los costes medios aplicados en el mercado en hasta 6.862 euros más al año.

La abolición del mercado protegido y la luz verde incondicional al libre mercado deberían haber garantizado, según las promesas, una mayor competencia. De la conducta registrada sólo se desprende que se han liberalizado los aumentos de precios. Además, a falta de una campaña de información dirigida a los ciudadanos (tanto en el sector del gas como en el de la electricidad), para afrontar mejor la transición al libre mercado y saber cómo protegerse de abusos de este tipo.

Aumentos de esta magnitud escapan a toda lógica y a cualquier umbral de tolerancia: hay que sancionarlos pero, sobre todo, inhibirlos. Es por esto que estamos iniciando demandas piloto y acciones de amparo en este sentido, para asegurar que estos abusos no queden impunes y que las empresas involucradas paguen por su conducta inescrupulosa.

También es necesario que Antimonopolio y Arera supervisen cuidadosamente este comportamiento: vigilando los mecanismos de determinación de precios y los peligrosos fenómenos especulativos que corren el riesgo de conducir a una alineación alcista.

Es urgente y esencial poner al menos un techo de precios al mercado libre; de ​​lo contrario, a este ritmo, corre el riesgo de convertirse en el mercado del libre abuso.

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