Tres meses de paralización por la inundación

Bolonia, 19 de abril de 2024 – Tres meses clausura y la previsión de inversiones para 23 millones de euros. Será otro verano de perturbaciones para el transporte público entre Bolonia y Vignola porque a partir de la segunda semana de junio, con el cierre de escuelas, los trenes se detendrán en el ferrocarril que sirve a los territorios del área entre Casalecchio y Vignola vía dei sitios de restauración de un tramo de calzada entre Ponte Ronca y Chiesa Nuova, dañado por las inundaciones del pasado mes de mayo cerca del río Casella y del río Podice. Pero también para el inicio de los trabajos preparatorios para la duplicación de vías entre las estaciones de Casalecchio Garibaldi y Via Lunga di Valsamoggia.

“Lamentablemente ahora es casi una ‘cita fija’ – explica Maurizio Quartieri de la asociación de usuarios del ferrocarril Bolonia-Vignola. Aunque esta vez se trata de una noticia con sabor “agridulce” porque, si es cierto que el cierre era necesario para la reconstrucción de ese tramo de carretera dañado, al mismo tiempo se iniciarán los trabajos preparatorios para la duplicación de la pista entre las estaciones de Casalecchio Garibaldi y Via Lunga, que luego continuará en el verano de 2025, con un nuevo cierre inevitable del tramo. Y esto también con el objetivo de suprimir otros pasos a nivel en el territorio de Zola”.

Según Quartieri, la reanudación de las inversiones en infraestructuras vignolesas por parte de la Región es sin duda una buena noticia, ya que el objetivo final es la duplicación parcial de la vía y así se podrá alcanzar el objetivo de llevar el tiempo de los trenes a 30 minutos. “Se trata de una mejora cuyos beneficios serán aprovechables por los usuarios a medio-largo plazo porque, además de la complejidad de la intervención en una zona muy urbanizada, se necesitarán muchos recursos que actualmente no están disponibles”, continúa Quartieri, que observa que a corto plazo tendremos que vivir con los inconvenientes, en primer lugar los resultantes de la sustitución de trenes por servicios de autobús que en los últimos años se confiaron a vehículos inadecuados que a menudo sustituían a un nivel insuficiente.

“Pedimos, por tanto, que se utilicen todos los instrumentos disponibles para evitar ineficiencias: la posibilidad de un cierre parcial y no total de la ruta, la elección de operadores capaces de garantizar ciertos estándares de calidad (el verano pasado algunos conductores viajaron equipados con un mapa en papel para la identificación de paradas!), el control del trabajo de los socios elegidos y el refuerzo de las líneas existentes”.

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