Bomberos, jefe del destacamento Lorenzo Gino jubilado

Durante treinta y dos años sirvió en los bomberos, interviniendo en situaciones a veces límite, pero siempre con un único objetivo: anteponer la vida de los demás a la suya propia. Para Lorenzo Ginode 59 años, de Bordighera, la noche del viernes 5 de abril cumplía el último turno antes de jubilarse.

Bomberos, supervisor de turno Lorenzo Gino jubilado

“Oficialmente debería haberme ido el 12 de abril – dice – pero entre vacaciones y permisos, terminé mi carrera algunos días antes”. Lorenzo se jubila tras cuarenta y un años y siete meses de cotización: “De hecho trabajé algunos años como electricista. En 1993, me uní al departamento de bomberos. Después de seis meses de estudios en Roma, me mudé a Turín durante cuatro meses; por tanto, serví un año en Savona; después en Imperia, San Remo y aquí estoy en Ventimiglia”.

Sus 32 años de trabajo

Lorenzo terminó su carrera como jefe de turno y líder de destacamento en la ciudad fronteriza. ¿Cómo han sido estos años? “Aquí es bien sabido que existe un fuerte espíritu de equipo. Para mí los bomberos siempre han representado una gran familia. Hemos vivido momentos bonitos, pero también difíciles. Los primeros, evidentemente, en los cuarteles, pero las intervenciones siempre son difíciles. Más allá de abrir una puerta, cuando nos precipitamos ante un accidente de tráfico, una fuga de gas, un incendio o cualquier catástrofe, todo cambia”. Y así puede suceder: “Encontrar muertos ante tus ojos, del mismo modo que al contrario puedes salvar vidas”. Este es el mayor reconocimiento que uno puede tener de la profesión. Lorenzo recuerda cuando: “Hace años intervinimos en un intento de suicidio. La persona ahora parecía condenada, pero logramos salvarlo por unas fracciones de segundo”. Luego están todas esas intervenciones en la montaña: como los excursionistas que se pierden en el bosque o, como tuvimos la oportunidad de comprobar hace unas semanas, los esquiadores de montaña arrastrados por una avalancha.

Hay, por tanto, compañeros que han fallecido: algunos por enfermedad, otros por una tragedia y en un Cuerpo en el que trabajamos tan de cerca, uno para todos y todos para uno, son hechos difíciles de aceptar. Como el compañero con el que compartiste muchos momentos de tu vida profesional. Echará de menos al equipo de Ventimiglia: “Por supuesto que lo haré, aunque seré más libre mentalmente. Como superior en rango, tienes mucha responsabilidad, incluso si lo nuestro es el trabajo en equipo y el resultado se logra trabajando todos juntos”.

Un momento clave en la vida de un bombero es la formación

“Algunas cosas suceden en los cuarteles, pero muchas se aprenden en el campo. Cada intervención es un mundo en sí misma y es la experiencia la que cuenta. Tomemos como ejemplo los incendios, ninguno es igual a otro: todos son diferentes, esconden trampas y peligros que no se pueden conocer, pero que hay que afrontar, decidiendo sobre el terreno qué estrategia adoptar, intentando también eliminarlos. situaciones peligrosas que pueden involucrar a la comunidad”. Un ejemplo son los cilindros de gas que pueden explotar sin previo aviso, la presencia de lesiones, etc. “Incluso la simple apertura de un ascensor, que parece una intervención banal, puede ocultar riesgos”. En definitiva, cuando existe un peligro indefinido y es necesario abrir el camino a otros socorristas, creando condiciones de seguridad, los primeros en intervenir son siempre los bomberos y muchos, lamentablemente, han perdido la vida.

Fabrizio Tenerelli

Tags:

PREV Porque el 1 de mayo es el Día del Trabajo
NEXT Primero de Mayo: día de lucha, no de celebración