Magali de Oliveira y Edgar Campos, de 41 y 46 años respectivamente, perdieron a sus parejas en distintas etapas de sus vidas en dos accidentes de moto diferentes ocurridos…
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Magali de Oliveira y Edgar Campos, respectivamente 41 y 46 añosperdieron el sus socios en diferentes etapas de su vida en dos accidentes de moto diferentes ocurrió en Misma calle en Minas Gerais, Brasil.
Al principio los dos sólo hablaban de negocios. Ella trabaja en un banco y él era solo su cliente. Con el tiempo, entonces, nació entre ellos cierta complicidad que desembocó en un gran amor. la semana pasada se casaron seis años después de su primer encuentro.
«Fue el dolor lo que nos unió y es el amor que hemos aprendido a cultivar unos por otros lo que nos mantiene unidos”, declaró la mujer. Según el diario G1, Magali fue la primera en vivir la traumática experiencia. En 2004, cuando tenía 21 años, perdió al hombre con el que estaba a punto de casarse. Edgar vivió la misma situación nueve años después. Siempre correcto con sus cuentas, a Edgar le gustaba hacer pagos por adelantado y Magali se encargaba de enviarle los documentos de pago. Su interés amoroso quedó claro después de que Magali envió por error a mensaje con un emoji beso. Edgar no perdió el tiempo y comenzó a charlar con la mujer que hasta ese momento era solo una empleada del banco. «Me envió un emoji con un Corazón y un beso y le respondí con tres. Después de ese día, traté de averiguar si era soltero y traté de iniciar la relación. La invité a almorzar a un restaurante de la ciudad y luego inmediatamente nos fuimos de viaje”, dijo Edgar.
Cuando se conocieron mejor, Magali y Edgar Se dieron cuenta de que además de tener una experiencia trágica en común, comparten otros aspectos en común: la pasión por los viajes y las barbacoas y aman la vida en el campo. Para Magali y Edgar, el amor que han construido juntos es una prueba de que existen almas gemelas. “Es un sueño hecho realidad. Me siento afortunado de poder compartir mi vida con una persona tan maravillosa y especial», declaró Magali.
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La mañana