CATANIA – Un hombre hinchado de rabia que juega salvajemente el papel de un asesino a sueldo improvisado y aprieta el gatillo de un revólver cuatro veces. Razón: cuestiones económicas. Aquí está el perfil del asesino y el motivo del último asesinato, derramamiento de sangre en el de Aci Sant’Antonio. Los carabinieri lo saben todo sobre la muerte violenta de Francesco Ilardi, un avicultor de 51 años, que falleció ayer por la noche tras una breve hospitalización en el hospital de Acireale.
Hay un pero. Se trata del asesino que se ha desvanecido misteriosamente en el aire, los carabinieri lo buscan pero no lo encuentran. Conocen su nombre, su apellido y también las razones por las que disparó. Así que atemos las filas del último crimen en la provincia de Catania. Quince a 19: Francesco Ilardi acaba de terminar de hablar con su hijo y su padre frente al club de caza en via Vittorio Emanuele. Está hablando por teléfono cerca de la esquina, cuando un hombre que conduce un automóvil color burdeos se detiene, baja la ventanilla y dispara cuatro tiros con un revólver.
Ilardi, baleado por la espalda, intenta correr hacia el club de caza, da unos pasos y se desploma en el suelo. No murió, huyó al hospital para salvar su vida a bordo de una ambulancia 118. A las 8 de la noche, mientras estaba bajo el bisturí debido a las graves heridas, su corazón dejó de latir. Las pesquisas de los carabinieri de Acireale se cruzan con la visión de las imágenes captadas por las cámaras de seguridad, la de la panadería contigua al club de caza a la que asistía Ilardi. Todo lo que sabemos de él es que hace diez años fue denunciado por fraude, luego una vida aparentemente pacífica, como recuerdan muchos que lo conocieron en el pueblo de Aci Sant’Antonio.
Los investigadores policiales tienen muy pocas dudas sobre el motivo. Inicialmente la pista pasional ligada a su relación con su esposa había sido golpeada, pero fue descartada de inmediato. Ahora nos inclinamos por la hipótesis económica: una cuenta abierta con alguien que, tal vez llevado a la exasperación, perdió la cabeza armando su mano con un revólver. Un arma que tal vez ni siquiera supo utilizar ya que los disparos, cuatro en total, hirieron a Ilardi, quien luego murió en el hospital. La persecución, asegura la policía, podría terminar pronto.