
El director artístico vienés, para quien la fiscalía pide medida de inhabilitación por uso de recursos, se despide en medio de polémica y también en medio de deudas. Ciertamente no empezar con él. Sin embargo, casi 26 millones de euros públicos entraron en las arcas de la fundación solo en 2021. Ahora el riesgo es de un nuevo comisario, el tercero en menos de veinte años
Pereira ya no apoya. De lo contrario, florencia ya no apoya a Pereira. Con una carta de dos páginas, evidentemente escrita sobre la ola de amargura acumulada en las últimas horas, el superintendente de Maggio Musical Fiorentino, Alejandro PereiraSi es renunciar. Una carta donde la palabra “imposible” aparece dos veces en la misma línea y donde la expresión “deuda de 57 millones de euros” rima – por así decirlo – con “terrible problema de efectivo”. No se trata de justificaciones, sino de evidenciade la realidad que, en un intento de resolver el terrible situación financiera del Maggio, habrían cortado las piernas de cualquiera que lo intentara. Incluido el gran Pereira, que antes de la ópera florentina había dirigido teatros de Viena, Zúrich, Salsburgo Y Milán. Quien luego hizo todo lo posible para que la situación fuera aún más compleja.
En la carta, el superintendente admite que renuncia por varias razones: en primer lugar, la Problemas de salud y luego porque era “al mismo tiempo siempre adjunto desde dentro del teatro y desde fuera, especialmente de la prensa”. Por lo primero lo siento sinceramente, por lo segundo… la vida es un juego de mesa. Y la prensa, en el pasado, literalmente ha masacrado a algunos de los antecesores de Pereira que no usaron artículos periodísticos como razón para irse.
En la carta, el superintendente no menciona los hechos que probablemente hayan tenido un peso considerable en tomar la decisión drástica: ante todo el aviso de garantía que el superintendente había recibido a finales de enero por un delito grave de malversación, en relación con determinados gastos incurridos con cargo a la fundación ópera-sinfónica. Pereira se defendió de inmediato afirmando que se trataba de “todos los gastos relacionados y necesarios para el ejercicio de mi mandato”. La segunda es que la fiscalía florentina ha pedido una para Pereira medida de inhabilitación – que será decidido por juez de instrucción después de un interrogatorio – debido a una segunda hipótesis delictiva: la de malversación vinculado al uso de parte de la fondo complementario de 35 millones desembolsado por el Gobierno en noviembre de 2022 para atacar la deuda de más de 50 millones de la fundación acumulada a lo largo de los años últimos 15 años. En particular, parece que en Pereira se disputa el uso de 8,5 millones de euros pagar también salarios de los empleados.
En este punto se abre un abanico de posibilidades que van desde la designación de un nuevo superintendente a un nuevo notario. Que en la historia del Maggio Fiorentino sería el tercero, después de los del verano de 2005 y febrero de 2013. En los últimos 25 años, de hecho, la historia del Maggio ha demostrado ser una lucha por equilibrar las deudas crecientes y el calidad de los espectáculos. Todo con dioses costos pesados para todo el sector de la cultura, no solo en Florencia sino a nivel nacional.
Por qué la Fundación Ópera del Maggio Musicale Fiorentino, cómo los otros 13 en Italia, están en pie gracias al dinero público. Pero lamentablemente los beneficios de estos esfuerzos económicos recaen sobre uno audiencia estrecha. Y como los números deben hablar más que las palabras, en el balance final de 2021 de la Fundación Maggio Musicale Fiorentino, un deuda de 52 millones y 605 miles de euros; y antes del Covid era aún peor: 56 millones y 758 mil euros.
Frente a este agujero negro, sin embargo, no faltó el dinero de los ciudadanos. En 2021 habían entrado en las arcas de mayo casi 26 millones de euros de dinero público: 17 del Fondo Unico dello Spettacolo, casi 3 de la Región Toscana, casi 6 del Municipio y Ciudad Metropolitana así como otros ingresos por un total de 12,4 millones de euros. En definitiva, una montaña de dinero que acabó (especialmente los públicos, hay que reiterarlo) en una sola cajacuando las dificultades habituales para encontrar fondos para asignar a la conservación del patrimonio culturalque es de todos, como y quizás más que la ópera.
La ópera no puede sostenerse sobre sus propias piernas, pero sigue en pie, con la misma forma, una institución que durante 15 años ha sido devastado por la deuda de este tamaño solo puede empeorar las cosas: de hecho las empeora, ya que el ex Ministro de Cultura Darío Franceschini en 2022 asignó un fondo especial para pagar las deudas de Maggio evidentemente usando otra buena suma de dinero público. Si en lugar de una institución sostenida en gran medida por el dinero de los ciudadanos, hubiera sido una empresa privada, el gerente (o gerentes) de más de déficit de 50 millones de euros tal vez serían considerados personalmente responsables de sus acciones.
Por no hablar de que nuevamente con dinero público entre 2008 y 2014 se construyó e inauguró a trompicones el nuevo teatro del Maggio Musicale Fiorentinocosto al final unos 260 millones de euros (¡más de un cuarto de billón de euros!), es decir 180 millones de euros más de lo esperado y con la gran sala (no combinable con los demás espacios de la estructura) que cuenta 1890 asientoso cien menos que el anterior Teatro Municipal de Florencia, aunque en la fase de diseño los espacios habrían permitido la creación de muchos otros espacios. Si en lugar de una sala de ópera, una sala con capacidad de cine y un auditorio al aire libre de varios metros de altura (por lo tanto utilizable sólo en verano, pero sin el necesario montacargas) un teatro capaz de albergar hasta 10-12 mil personasesto también podría ser explotado para conciertos de invierno de grandes estrellas de la música internacional garantizando un flujo continuo de ingresos millonarios que hubiera mantenido hasta al pobre Maggio. Pero nada de esto sucedió y hoy estamos comprobando que el puesto de superintendente del Maggio vuelve a estar vacante. Siempre por motivos económicos.
Volviendo a Pereira, uno se pregunta si nadie, entre finales de 2019 y la primavera de 2022 (cuando el Departamento de Hacienda parece haber comenzado a interesarse por el caso) se había percatado de que los gastos del superintendente necesitaban ser justificados. Un hombre de esa autoridad, acostumbrado a actuar en altos niveles, una vez recibido el encargo de encontrar los medios para cambiar el color de los balances rojos de May, era obvio que se habría movido en ciertos sentidos. Pero si las arcas de Maggio no podían permitirse semejante política, ¿para qué ir a buscar a Pereira? ¿Quizás se pensó que el nombre sería suficiente? Del medio ambiente a la salud, del clima a la paz, todo hoy debe responder a un dogma: la sostenibilidad. Todo, menos mayo. La institución sigue viva más allá de sus medios porque con más de 50 millones de deuda quizás habría que investigar, además de las preguntas de Pereira, también las razones que llevaron a esa deuda. Y actuar en consecuencia, según el sentido común.