DESTINO MISERICORDIOSO – 9

votar
8.5

  • Banda:
    DESTINO MISERICORDIOSO
  • Duración: 00:41:49
  • Disponible desde: 15/05/1999
  • Etiqueta:
  • Discos de Metal Blade

Está bastante demostrado que la época dorada de Mercyful Fate no fueron los años noventa y, después de todo, cuando entras literalmente en la historia de un género musical con un EP y dos largometrajes, puede resultar difícil superarte a ti mismo, incluso cuando nuestros nombres son Denner y Shermann o King Diamond. Como nos ha enseñado la historia, incluso después de las obras maestras antes mencionadas, el Rey Diamante (o Rey de Diamantes, como se prefiera) fue capaz de añadir otras piezas al inmenso rompecabezas del heavy metal, pero esta es otra historia (de ‘horror, de Por supuesto) – pero podemos decir que, aunque Mercyful Fate nunca ha hecho un álbum realmente malo, los trabajos lanzados después de “Don’t Break The Oath” fueron todos buenos pero nunca trascendentales. Por lo tanto, con cierta sorpresa, cuando salió “9” y lo pusimos en el walkman sin ser imberbes con expectativas no muy altas, eclipsados ​​​​por nuestros amigos mayores universales, casi nos quedamos en shock. Si es cierto que “9” no es una obra maestra absoluta, también lo es que si el estándar de un álbum mediocre (reputación que se ha ganado a lo largo de los ya veinticinco años de existencia) es el de este trabajo, viviríamos en un mundo hecho de discos muy bellos. Seguramente, la edad “correcta” en el momento del lanzamiento del álbum hizo mucho, pero incluso hoy, escuchando las tramas de este trabajo, no podemos evitar estremecernos ante algunos momentos realmente funcionales y, en general, ante algunas canciones que quizás no destaquen todos, pero que nunca bajan de un determinado umbral de peligrosidad.
La apertura confiada a “Last Rites” nos sorprende con unas extrañas guitarras del dúo formado por Hank Shermann y Michale Weid, en equipo desde hace un par de años, que dan vida a un incipit que quizás no sea deslumbrante, pero que fluye. con vivacidad y que se queda en la cabeza con un estribillo eficaz. Sigue “Iglesia de Santa Ana”, de la que todavía apreciamos el descaro con el que se pronuncia “Santa Ana”, por una pieza cadenciosa que destaca sobre todo por su inspiración melódica y un final muy teatral. Las notas altas de King Diamond están menos presentes en el álbum, dejando espacio para vocalizaciones melódicas como las de “Sold My Soul”, una canción ciertamente inusual, que comienza con un bajo efectuado pero que remite a la altura del estribillo, rocoso e histriónico. “House On The Hill” comienza con entusiasmo, bautizado con un riff bastante ochentero y convincente, pero adolece de algunos sonidos extraños y cierta monotonía. Otra historia con “Burn In Hell” que, aunque alienante por su introducción, permite al dúo ax jugar con solos y riffs escritos específicamente para acompañar el falsete y las mascaradas vocales de King Diamond, con muchos cambios de tempo y un enfoque bastante directo. Una canción que ciertamente es producto de sus años (la producción del álbum, en general, es muy ‘moderna’), que impresiona sin sonar nostálgico, aunque todavía no estamos en niveles muy altos. Según el escritor, estos niveles se alcanzan con “The Grave”, con sus letras luciferinas y sus atmósferas que nos transportan a los tiempos de “Satan’s Fall”, aunque con las distinciones necesarias -especialmente en la forma de tocar las guitarras y el aire que viene después de la pausa acelera la pieza. El final quizás no sea una obra maestra, pero hay canciones así.
“Insane” es quizás el tema menos logrado de todos, con una estructura contundentemente agresiva basada en tres minutos apoyada en el doble bombo de Bjarne T. Holm y unos riffs no tan sensacionales. Pasamos rápidamente a “Kiss The Demon”, una canción que comparte con “Sold My Soul” una especie de extrañeza resultante de inspiraciones probablemente anteriores al histórico EP debut, es decir, de los años setenta. Más allá de la inusual presentación con esa suave intro que se repetirá a lo largo de la canción, “Kiss The Demon” tiene una estructura muy efectiva, capaz de seducir con la persuasiva voz que abre la canción y una apertura atravesada por un riff exquisitamente pesado. metal, con un estribillo sencillo y de vieja escuela, que alcanza su clímax en el paso a dos minutos y medio de canción. En su momento nos enamoró perdidamente el siguiente “Buried Alive”, por su historia de venganza del inframundo que tanto nos recuerda a “Evil” y por una estructura musical que la convierte en la mejor canción del disco, sin duda la uno que podría compararse sin sentimientos de inferioridad con algunos grandes clásicos. Sin embargo, se puede sentir claramente la época en la que se escribió la canción, ya que avanza a un ritmo trepidante en la venenosa narrativa (con un convincente y convencido King Diamond), alternando arpegios y riffs marciales, ralentizaciones y reinicios y un final que es entre los mejores de esta etapa de la carrera del cantante. El disco termina con el tema sulfuroso que da título al título, una vez más una pieza insólita (que, como hemos visto, a menudo se repite, quizás síntoma de una banda que busca nuevas formas de expresarse), con arpegios siniestros y un andar cojo que estalla en el estribillo, que tampoco convierte a “9” en una canción manifiesta, pero sin duda es apreciado por el intento. El álbum termina y durante un largo período también la historia de Mercyful Fate, quienes no pudieron mantener intacta la segunda reunión, hasta que se reencontraron unos diez años después. Y ésta también es otra historia.
En definitiva, la fama de este álbum es, a nuestro juicio, inmerecida, tal vez dictada por la época y por toda una serie de factores que, un cuarto de siglo después de su lanzamiento, creemos que por fin pueden desgranarse de la propia obra, dando la oportunidad para que “9” aparezca si no en la lista de las obras maestras totales de la banda (que coinciden con algunas obras maestras totales del propio heavy metal, tras una inspección más cercana) ciertamente ni siquiera en la de los malos productos del equipo danés. Para redescubrir y disfrutar en su forma quizás no perfecta, pero por eso mismo muy sabrosa.

PREV San Siro canta a Max Pezzali a todo pulmón
NEXT despues de valeria esta con la mas bella de todas