«Mi madre me convenció de no ser sacerdote. ¿De Gregorio? Una vez lo olvidé en la nieve”

«Mi madre me convenció de no ser sacerdote. ¿De Gregorio? Una vez lo olvidé en la nieve”
«Mi madre me convenció de no ser sacerdote. ¿De Gregorio? Una vez lo olvidé en la nieve”

Claudio Baglioni entre la pobreza, un padre sargento y el riesgo de convertirse en sacerdote. El cantante habla con Aldo Cazzullo en Corriere della Sera en un’entrevista en el que, entre otras cosas, también disipa dudas sobre su posición política.

La posición política

En 1968, el cantante participó como moderador en reuniones entre los maoístas y los MSI, pero nunca se habría peleado con la policía porque veía a su padre como un sargento con uniforme. «Aunque después le contradijera en todo», admite. De hecho, su padre era de la Lazio y él era hincha de la Roma. “Yo voté por el partido republicano, mientras él era monárquico”.

El actor insiste en señalar que no es demócrata cristiano, a pesar de que acabó junto a Al Bano en un manifiesto del partido sobre el divorcio. «Siempre he votado en el sector progresista», revela y confiesa que está pensando en anular su voto en las elecciones europeas: «Hoy no me siento representado por esta política».

La relación con Berlusconi

Cuando se le pregunta si Silvio Berlusconi era mejor, responde que nunca votó por él pero que recuerda que fue el primero en llamarle por teléfono cuando escribió a todos los dirigentes sobre el tema de Lampedusa, en el que organizó el festival O’ Scià para diez años.

Se suponía que el fallecido líder de Forza Italia cantaría en su transmisión con Fabio Fazio, Anima Mia, pero al final desistió. “Tal vez temía una trampa en esa guarida de barricadas comunistas”, comenta. Se suponía que debía interpretar la canción ‘Que reste-t-il de nos amours’ de Charles Trenet.

Una vocación religiosa

Baglioni revela que a los catorce años sintió la vocación religiosa de ser sacerdote. Pero la madre, aunque “muy devota, no estaba convencida”. Cuando tenía doce años, la cantante era catequista de niños de seis años. En Centocelle, la única alternativa a la calle era el oratorio.

Vuelve a creer en Dios, “después de años de dudas y preguntas”. Imagina el más allá como un lugar donde encontrar a sus seres queridos, a sus perros y a aquellos animales del campo que escondió en el tren para traerlos a casa cuando era niño.

La amistad con De Gregori

Al principio la relación entre Baglioni y Francesco De Gregori no empezó muy bien. El cantautor había dicho en una entrevista que «quería contaminar el mar tranquilo y calmante de Mino Reitano y Claudio Baglioni». El cantante le respondió en Tv Sorrisi&Canzoni que “Buonanotte Fiorellino” tampoco era un himno revolucionario.

Entonces un empresario de Cesena, Libero Venturi, los reunió y se hicieron amigos. Durante un viaje por carretera después de escuchar a Angelo Branduardi, su coche se detuvo y cuando salieron Baglioni se olvidó de De Gregori en la nieve. Cuando volvieron a recogerlo, “el Príncipe, rígido como un títere, estaba bastante molesto”.

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