La experiencia de Margherita en el XXIII Encuentro Clab – doremifasol.org

El domingo 21 de abril de 2024 finalmente fui a mi primera reunión del CLAB.

De más está decir que la ansiedad ya se hacía sentir desde el día anterior ya que hubiera sido una experiencia totalmente nueva para mí y sabemos que lo desconocido siempre da un poco de miedo. Temía que, al estar sola y joven, me costaría encontrar a alguien con quien conocer y compartir las horas de cola y luego las horas de auditorio. Tenía miedo pero a la vez euforia de poder finalmente participar en el gran evento del que siempre he leído pero al que nunca había podido ir porque era muy pequeño y no podía ir acompañado.

Contra todas mis expectativas, poco después de hacer cola me hice amiga de dos señoras y una chica de Génova con las que hablé durante todo el tiempo de espera, intercambiando anécdotas, recuerdos y opiniones sobre el gran mago y su música.

Una vez que se abrieron las puertas y tomé asiento en la habitación comencé a respirar un aire diferente, ya había algo mágico y aún tenía que comenzar. Son las 15.07 y entra Claudio con una guitarra en la mano y, cantando “lado a lado”, nos recibe o nos recibe con su sonrisa llena de alegría. A partir de entonces se sucedieron canciones inesperadas que se alternaban con momentos de pura ironía gracias a sus divertidísimas anécdotas que por unos instantes nos hicieron creer que estábamos en un espectáculo de comedia.

Después de todo, Claudio es así, el hombre que logra encantar a todos con sus increíbles habilidades para el canto y como autor de piezas sublimes, pero también el hombre al que le gusta reír y hacer reír. En ambos casos lo hace siempre sin escatimarse, dando lo mejor que se le permite, incluidos algunos errores que se aprecian aún más porque nos recuerdan que nadie, ni siquiera él, es infalible.

Durante esas 5 horas me perdí a veces pensando en la suerte que tengo de seguir a una artista así, alguien que, después de 60 años de carrera, sabe y quiere, sobre todo, seguir asombrando a su público a pesar de tener sólo un piano y un teclado. para acompañarla su voz. En esas horas quedé asombrado una vez más del artista y hombre que es. Un artista que consigue transmitir toda su pasión y un hombre que, aunque con dificultad, de vez en cuando consigue expresar sus emociones con palabras (no con canciones) delante de tanta gente que no ve la hora de aplaudirle.

El domingo tuve nuevamente la oportunidad de responder a la pregunta que me hacen desde hace casi 9 años: “¿Pero por qué sigues a Baglioni?” Sigo a Baglioni (¡Claudio para sus amigos!) por las emociones que logra transmitir en todo lo que hace; por la precisión y la pasión que nunca fallan; por la capacidad que tiene una persona tímida e introvertida como él para comunicarse estando solo en un escenario; por la sencillez con la que se relaciona con el público y finalmente por la alegría que se deja ver en sus ojos al final de cada concierto y que vale más que mil palabras.

Gracias Claudio por la pasión y energía que nunca dejas en casa, cuando tenemos una ‘cita’ contigo también hacemos todo lo posible para traerlos con nosotros.

Esperamos haberte correspondido de la misma manera, siempre “de TODO CORAZÓN”.

Margherita Di Baldo

INICIO XXIII Encuentro CLAB

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