La identidad y la seguridad son importantes para el barrio de Resistenza pero no se toman lo suficiente en consideración. Durante los últimos años el comité vecinal ha intentado proponer soluciones a los problemas más frecuentes pero sin recibir mucha atención. «En relación con el aspecto de la seguridad local, que los residentes sienten profundamente tras los repetidos robos y allanamientos – comenta el coordinador adjunto Raffaele Acri – trabajé para adoptar el proyecto de “control de barrios” de la región de Emilia Romagna, pero después de largas reuniones y discusiones Con los habitantes, el comité vecinal y la policía local, estábamos listos para implementarlo, pero fuimos frenados y cuestionados con reglas que nunca fueron tomadas en consideración, agravando los conflictos entre los miembros del comité vecinal que efectivamente abandonaron el proyecto. Proyecto por el cual el teniente de alcalde Bongiorno ha declarado su interés por lo que veremos si será posible retomarlo.” También en otros frentes se produce un estado de espera y suspensión de las peticiones del barrio. «No tenemos un núcleo identificable y de hecho es poco conocido y sin punto de identidad. Para superar esto – continúa Raffaele Acri – propuse un mural que luego fue rechazado y por eso creé un panel que está a la espera de ser instalado por el Ayuntamiento. La reforma de los barrios ha empeorado la situación, ampliando los límites del barrio que sumaba al perímetro anterior la zona desde Porta Schiavonia hasta el bar QBio por así decirlo, incorporando trozos del barrio aumentando la dispersión y la dificultad de identidad sin una sede operativa. Se nos ha pedido por todos los medios que intervengamos, pero las solicitudes no han sido escuchadas”.
Aunque el barrio Resistenza nació después de la Segunda Guerra Mundial y tiene un fuerte valor histórico, parece haber perdido su centro de gravedad, al contrario de lo que quisieran los propios representantes. Habría otras intervenciones que están en suspenso desde hace algún tiempo, como la iluminación de Via Anzani que conecta Via Friuli, la restauración de la parte inundada del barrio y la gestión del tráfico cerca de las escuelas de la zona.
«A menudo nos encontramos ante problemas que no se pueden resolver – destaca el coordinador Fabio Fabbri – como el de los residuos con los guardias ecológicos y el tráfico, y que son vistos y revisados. Ciertamente no será posible cerrar escuelas para encontrar una solución, ni tampoco otras actividades”.
