Investigación sobre negocios “abiertos y cerrados” en Florencia: 288 sospechosos – www.controradio.it



En la investigación sobre las actividades de “apertura y cierre” llevada a cabo por la Policía Financiera y coordinada por la Fiscalía florentina, se investiga a 288 personas, entre profesionales italianos, empresarios y testaferros chinos, que operan en el distrito textil, de la confección y del calzado florentino-empolese. y cuatro sociedades de responsabilidad limitada.

Incautación de 30 millones de euros y 47 medidas cautelares contra asesores fiscales y empresarios del distrito económico florentino-Empole. Es el resultado de una investigación del comando provincial de la policía financiera de Florencia, coordinada por la fiscalía florentina, sobre el fenómeno de las empresas “abiertas y cerradas”.

Sobre los delitos hipotéticos: asociación para delinquir, evasión fraudulenta del pago de impuestos, quiebra fraudulenta y producción de documentos falsos con el fin de renovar permisos de residencia y ayudar e incitar a la regularización de sujetos que se encuentran ilegalmente en el territorio nacional, se ordenaron medidas cautelares, con tres órdenes separadas de otros tantos jueces de instrucción: 33, entre ellos cuatro contables, siete de sus empleados y 22 empresarios orientales, fueron puestos bajo arresto domiciliario.

Para otros trece empresarios la medida es la obligación de permanecer y para un empleado de una empresa profesional la obligación de presentarse ante la policía judicial. Continúa el embargo de activos y cuentas por valor de 30 millones de euros, supuestamente producto de una supuesta evasión fraudulenta de impuestos.

Las investigaciones comenzaron en 2019 a partir de un informe del INPS después de que algunas empresas acumularan deudas fiscales y de seguridad social por valor de varios cientos de miles de euros, en un caso de más de 10 millones. Al mismo tiempo, un empleado chino de una empresa de marroquinería había presentado una denuncia por suplantación de identidad tras descubrir que era propietario, sin su conocimiento, de una empresa que había acumulado deudas fiscales que requerían el embargo de su cuenta corriente.

Los controles de Fiamme Giall continuaron durante cinco años y identificaron tres asociaciones delictivas destinadas a la quiebra, la evasión fraudulenta de impuestos y la complicidad en la inmigración ilegal. Tres líneas de investigación en cuyo centro, según la Fiscalía florentina, destaca la figura del profesional, como asesor de empresarios chinos dedicados a la evasión fiscal sistemática. El sistema de procesamiento era el de empresas “abiertas y cerradas”: los empresarios chinos producían y vendían utilizando varias empresas individuales registradas a nombre de mancuernas pero que en realidad estaban gestionadas por ellas.

Cuando las empresas individuales acumularon deudas importantes con el Tesoro, se cerraron: la producción continuó con nuevas empresas, registradas a nombre de los candidatos pero con los mismos empleados y maquinaria, mientras que el Tesoro no pudo hacer cumplir sus deudas contra las mancuernas, a menudo no disponibles o sin un centavo. . Según la fiscalía, quienes sugirieron el mecanismo fraudulento fueron los contables, atraídos por el rendimiento económico derivado del altísimo número de clientes de nacionalidad china. Según la acusación, los asesores fiscales, junto con cinco empresarios, también contrataron mano de obra a bajo coste, favorecieron la entrada de 3 inmigrantes irregulares y elaboraron documentación falsa destinada a renovar los permisos de 72 inmigrantes orientales.

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