750 euros al mes, más alojamiento y comida pagados. No es una fantasía, sino la vida de los pierre en Riccione. También los llaman promotores de eventos, una profesión que ha ido evolucionando con los años. Ya no basta con lidiar con la clásica preventa de entradas a los recintos, ahora es necesario ofrecer una experiencia para disfrutar. Lo saben bien por ‘Abrakadabra ticket’, la agencia con sede en Riccione que ofrece paquetes de vacaciones y entretenimiento. Son muchas las discotecas con las que colabora, desde Cocoricò hasta Villa delle Rose y Peter Pan, pasando por Altromondo y el Rimini Beach Arena.
Hay muchos eventos y la misma cantidad de personas que reclutar para vender paquetes de entrada. Para incentivar las candidaturas, ‘Abrakadabra’ ofrece una tarifa fija de 750 euros al mes más comisiones sobre las ventas además de una cama y formación profesional in situ. El target al que se refiere la agencia es todas aquellas personas que vienen de vacaciones a la Riviera y quieren vivir una experiencia sin preocupaciones, dejándose mimar en 360 grados por los servicios que ofrecen los promotores. Comienza desde la clásica entrada a la discoteca hasta la reserva de mesas y paquetes VIP a medida. Nada se deja al azar, cada momento está organizado hasta el más mínimo detalle, como el transporte hacia y desde el lugar de celebración, cubriendo las zonas de Rimini y Riccione. Por ejemplo, con 220 euros podrás acceder a seis locales afiliados con bebidas gratis y servicio sin colas además de traslados de ida y vuelta. Sin olvidar una entrada para Aquafan y muchos gadgets de marca.
Con el fin de semana de la Noche Rosa a la vuelta de la esquina, el trabajo aumenta, el verano está en pleno apogeo y hay muchos eventos que anunciar. La pierre se posiciona en los lugares más concurridos, interceptando a los turistas para ofrecerles paquetes y billetes sencillos para las veladas programadas. Un trabajo que ofrece una compensación económica que además se completa con comisiones por las entradas vendidas y una forma de divertirse. Una realidad que en una ciudad como Riccione, donde se han abierto nuevos espacios especialmente este año, no se puede dejar pasar.
Federico Tomasini
