Italia envía el plan energético a la UE. La energía nuclear también está en el mix de fuentes

Italia envía el plan energético a la UE. La energía nuclear también está en el mix de fuentes
Italia envía el plan energético a la UE. La energía nuclear también está en el mix de fuentes

La energía nuclear está regresando con fuerza al horizonte energético de Italia. El plan de Energía y Clima (Pniec) enviado ayer a Bruselas traza la ruta de integración entre el átomo “seguro” y las energías renovables, la única vía posible para reducir las emisiones de Co2 y marcar el punto de inflexión en el Pacto Verde desde un punto de vista económico. Opinión: con la energía nuclear, Italia podría alcanzar el objetivo Net Zero, ahorrando alrededor de 17 mil millones de euros en comparación con un escenario sin átomos. El plan también incluye una primera estimación de la cantidad de energía producida con fusión, que oscila entre el 11 y el 22% de la demanda nacional de electricidad.

Eso sí, los tiempos para las nuevas plantas no son cortos, si todo va bien estamos hablando de 2050, dentro de 25 años. Pero para el Ministro de Medio Ambiente, Pichetto Fratin, el nuevo Pniec “traza nuestro camino energético y climático con gran pragmatismo, superando enfoques poco realistas del pasado”. En particular, “el escenario de la energía nuclear, tanto de fisión a medio plazo (a partir de 2035) como de fusión (cerca de 2050), que nos hace mirar hacia un futuro posible”.

Además, en Caradache, planta central del proyecto Iter, se está produciendo un avance importante: la entrega de dieciocho superimanes de alta capacidad de conducción, diez de los cuales proceden de La Spezia, donde los fabricó Asg Superconductors.

No sólo el átomo. El plan italiano da un giro de 360 ​​grados e involucra a todos los sectores de producción de energía, incluidos los combustibles renovables como el biometano y el hidrógeno que, junto con el uso de biocombustibles, pueden contribuir a la descarbonización del parque automovilístico existente. Los distintos capítulos incluyen luego la difusión del coche eléctrico, la reducción del tráfico, la captura y almacenamiento de Co2 y la electrificación del consumo final, con un peso creciente en el mix térmico renovable de las bombas de calor. El área con mayor desempeño -se explica- es la de las energías renovables. El Plan confirma los objetivos de la primera propuesta con 131 GW para 2030, que provendrán en un 79,2% de la energía solar, el 28,1% de la eólica, el 19,4% de la hidráulica y el 3,2% de la bioenergía. Un gigavatio procederá de fuentes geotérmicas. En total, la proporción de energía procedente de estas fuentes se incrementará hasta el 39,4% del consumo final bruto de energía. Pero si consideramos sólo el consumo final del sector eléctrico, llegaremos al 63%. El hidrógeno procedente de energías renovables representará entonces el 54% del hidrógeno total utilizado en la industria, frente a cero registrado en 2022: un verdadero salto.

Finalmente, en el frente de la seguridad energética, se ha producido una clara reducción de la dependencia de otros países, favorecida por acciones de diversificación de la oferta y la planificación de nuevas infraestructuras e interconexiones.

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