Las grandes transformaciones sociales, políticas y culturales de nuestros tiempos están ahí para que todos las vean.
Ponen de manifiesto, por un lado, la fragmentación social alimentada por el individualismo y la incapacidad de comunicar, y, por otro, una vitalidad generalizada por parte de asociaciones, empresas y administraciones sin ánimo de lucro que demuestran una mayor sensibilidad para contribuir al bien común. .
Las experiencias sinodales de los últimos años también han puesto de relieve el compromiso de muchos católicos y el deseo de trabajar en red para superar las contradicciones expuestas por la modernidad y los procesos de globalización y de “ingeniería” financiera.
Los obispos, conscientes de que el país está llamado a abordar cuestiones importantes, entre ellas la promoción y defensa del trabajo digno, la reducción de las desigualdades, la protección del medio ambiente, a través de un comunicado de la CEI, subrayan la necesidad de una escucha activa y responsable protagonismo de la comunidad para redefinir el futuro de Italia, también en relación con el escenario global y los desafíos resultantes. Necesitamos personas que se involucren y colaboren para regenerar los espacios de vida, incluso los más marginales y cansados, fortaleciendo la capacidad de elegir democráticamente.
Precisamente para fomentar la reflexión sobre nuevas formas de participación y el desarrollo de herramientas comunes para la construcción y el crecimiento de alianzas, el Consejo Permanente ha optado por dedicar el 50ª Semana Social Católica en Italia con el tema “En el corazón de la democracia”. La iniciativa se desarrollará desde mañana 3 de julio hasta el próximo 7 de julio Trieste, una ciudad fronteriza simbólica por la presencia de múltiples culturas, etnias y confesiones religiosas, llena de lugares simbólicos que han marcado el convulso camino del país hacia la libertad, la unidad y la democracia. También la diócesis de Lecce estará presente con sus tres delegados, dos de los cuales son muy jóvenes, que tendrán la oportunidad de acercar las necesidades del territorio e ilustrar los caminos virtuosos recorridos por nuestras comunidades también gracias a las iniciativas sinodales.
Ante los nuevos acontecimientos, no debemos perder de vista los fundamentos y los valores cristianos, única referencia verdadera para el crecimiento de un territorio y de una comunidad, respetando el principio del bien común.
*director de la oficina diocesana de pastoral social y laboral
