los estragos. Abuelos y nietos en el agujero negro de los javerianos

ANCONA Una masacre sin fin. Es el de los antiguos javerianos de Posatora, el oasis verde gestionado hasta el 30 de junio por Cus Ancona que, sin embargo, decidió no…

¿Ya eres suscriptor? ¡Entre aquí!

  • Todos los articulos del sitio, también desde la aplicación
  • Perspectivas y boletines exclusivo
  • I podcast de nuestras firmas

– o –

Suscríbete a la suscripción pagando con Google

Suscribir

OFERTA ESPECIAL

OFERTA ESPECIAL

MENSUAL

4,99€

1€ AL MES
Por 3 meses

ACTIVAR AHORA

Entonces sólo 49,99€ en lugar de 79,99 €/año

Suscríbete con Google

ANCONA Una masacre sin fin. Es el de los antiguos javerianos de Posatora, el oasis verde gestionado hasta el 30 de junio por Cus Ancona, que sin embargo decidió no renovar el contrato con el Ayuntamiento tras los numerosos actos de vandalismo sufridos. Llegamos alrededor de las 10.30 para realizar nuestra inspección, la primera después de que la planta fuera devuelta al Palazzo del Popolo para el plazo natural de gestión, ya fijado para el 30 de junio.

el abandono

Las puertas de entrada están abiertas como de costumbre, tanto es así que en el interior encontramos a una pareja de abuelos que están jugando con su nieta en la cancha de baloncesto. No muy lejos de ellos se produce la degradación. Basta cruzar el campo de fútbol de tierra para ver una serie de bancos de hormigón volcados en el suelo. Y de nuevo, las condiciones que afrontan las pequeñas estructuras de madera utilizadas como vestuarios y almacenes. La primera ventana está abierta de par en par; en realidad falta el cristal. La gente del CUS lo retiró porque alguien lo había destrozado y se había vuelto demasiado peligroso para los usuarios del parque. Los cristales de las dos ventanas siguientes siguen allí, aunque parcialmente dañados. En ambos se aprecia claramente un gran agujero central, como provocado por el lanzamiento de una piedra o algún otro objeto pesado. A pesar de los candados de las puertas, entrar al interior es muy fácil. El escenario es desolador: entre muebles destrozados y sillas de plástico rotas, la firma de los matones también está en el interior. Por no hablar de la tierra tirada al suelo, a la hierba. Unos pasos más adelante se encuentra Villa Colonnelli. Cerrado porque no es seguro, la entrada también aquí es un asunto trivial.

El huerto abandonado

La primera puerta se pasa abriendo el cerrojo de un agujero en la red protectora. Desde aquí se accede al jardín social gestionado por una asociación y a un vasto campo infestado de malas hierbas que rodea la villa. La degradación también reina aquí, entre un muro derrumbado y un viejo contenedor abandonado. Pero superar la segunda valla también es un juego de niños: alguien ha abierto una brecha en la red de la puerta, justo debajo del cartel de prohibición de entrada. Con algo de contorsionismo se entra en la villa abandonada en un instante, con todos los riesgos que implica. Que alguien ya lo ha conseguido lo demuestran los numerosos graffitis que cubren las paredes de la estructura y el anexo. Hablando de muros derrumbados, también hay otro, esta vez en las afueras de Villa Colonnelli. Está justo detrás de las casas de madera que vimos antes, acordonadas con una red naranja, baja y destartalada. Aquí, sin embargo, la mano de los vándalos no está. Más bien está el de la negligencia. No importa quién sea el culpable de esta masacre: el resultado es siempre una parte de la historia de Ancona reducida a ruinas.

© TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS

Lea el artículo completo en
Mensajero del Adriático

X

PREV “Los jabalíes siguen tirando los contenedores de reciclaje al suelo, querido alcalde, ¿no podríamos devolver los contenedores grandes?”
NEXT La película está prevista para estrenarse en 2025.