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Grandes troncos de árboles en medio de lo que queda del carril bici que debería unir Recanati, Porto Recanati y Montelupone no sólo representan un grave peligro para quienes lo recorren sobre dos ruedas, sino también una mala, muy mala tarjeta de presentación para el turismo en la zona. zona y uno de los mayores símbolos del mal uso del dinero público. En esta temporada, en la que el cicloturismo está en su apogeo, la pista, en la parte de la ciudad de Leopardi y de la ciudad costera, “apesta mucho”, como se quejan muchos apasionados de la bicicleta entre el verdor de nuestras llanuras.
“Lo que se salva – nos dice TM, de Recanati, amante de las dos ruedas – es sólo la parte que cae dentro del territorio de Montelupone. En cambio, cerca del embalse de Astea, en Chiarino, a 200 metros de distancia, estos últimos días me encontré con tres árboles caídos en pleno camino: uno de los troncos estaba justo detrás de una curva y representaba un peligro para quienes transitaban por la carretera. pista con tu propia bicicleta”.
Para la construcción del camino, el proceso comenzó en marzo de 2020, cuando la Región puso a disposición del municipio de Leopardi la suma de 650 mil euros para realizar el carril bici de 23 km que serpentea desde Porto Recanati, a lo largo del distrito de Chiarino di Recanati, hasta para llegar a San Firmano di Montelupone. Más de un año después, en junio de 2021, se aprobó el proyecto ejecutivo, elaborado por el arquitecto. Omar Pasquinelli, y en julio comienza a trabajar la empresa Recanati Bartolini.
Después de 6 meses, llega una primera modificación del proyecto debido a “obras imprevistas e impredecibles para la construcción de nuevos canales de drenaje (zona del pozo de Astea) y del canal de drenaje acordonado (canal en la zona de Chiarino)”; Pasan dos meses y surge la necesidad de un mantenimiento extraordinario de los pasos ciclo-peatones.
Luego llega el mal tiempo y fenómenos meteorológicos excepcionales que provocan graves daños en varios tramos de la ribera del río Potenza y provocan un desprendimiento de tierras en un tramo del carril bici de nueva construcción.
Hoy en día es prácticamente intransitable, salvo con gran habilidad y desprecio por el peligro, y desde un punto de vista social la vía, nunca tripulada, se ha convertido en una carretera conveniente para todo tipo de actividades ilegales.