Experiencia desafortunada. Podríamos resumir lo que vivió así, con sólo estas dos palabras Kastriot Dermaku usando la camisa de Lecce.
El defensa albanés en cada una de las 4 temporadas en las que fue jugador de los Giallorossi debería haber representado un valor añadido, un defensa experimentado capaz de marcar la diferencia tanto en la Serie B, categoría que le resulta estrecha por lo que demostró antes de llegar a Salento, que ya había jugado en la Serie A, la máxima categoría, vistiendo la camiseta del Parma.
Su llegada
Desde ayer Dermaku fue liberado oficialmente, dado que su contrato expiró el 30 de junio de este año. Cuando llegó, en octubre de 2020, durante una sesión anómala del mercado de fichajes debido al Covid, todos celebraron su compra porque había sido titular en 16 partidos con el Parma de D’Aversa.
Entre otras cosas, también empezó con fuerza con la camiseta del Lecce, marcando ante el Cremonese en el partido en casa empatado 2-2.
Luego, sin embargo, comenzó el calvario de las lesiones, también por culpa del Covid, que no le permitieron recuperarse lo mejor posible de las repetidas paradas físicas que tuvo esa temporada. Al final, sólo salió al campo 13 veces en el campeonato, entre la temporada regular y los playoffs.
Con Baroni en el banquillo
En la primera temporada de Baroni en el banquillo del Lecce la papeleta siempre fue de Tuia. Dermaku empezó al frente de la jerarquía pero incluso en aquel torneo cadete tuvo que lidiar con diversos problemas físicos.
Estuvo allí a rachas, pero en el campo siempre marcó la diferencia, contribuyendo decisivamente a la promoción de los Giallorossi. El mejor período fue entre noviembre de 2021 y enero de 2022, en el que el central albanés saltó regularmente al rectángulo verde, disputando excelentes partidos junto al capitán Lucioni.
Luego, cuando se acabaron los problemas musculares, una apendicitis complicó y comprometió una temporada que podría haber representado su renacimiento.
Las dos últimas temporadas
Un partido en la Copa de Italia contra el Cittadella y otro en el campeonato contra el Udinese, ambos finalizados prematuramente por problemas físicos que le obligaron a pedir un cambio. Dermaku Salió del terreno de juego enfadado y desanimado porque su cuerpo no respondía como le hubiera gustado.
Para Lecce siempre ha sido un jugador importante y titular de cada temporada e incluso con Pongracic, Baschirotto y Umtiti en la plantilla el club Giallorossi siempre lo ha considerado un recurso fundamental en el que centrarse durante el año.
A decir verdad, el año pasado, antes de la grave lesión con la rotura del ligamento cruzado, Dermaku estaba trabajando con mucha ilusión y estuvo muy cerca de regresar. Lamentablemente, todos sabemos hasta qué punto una lesión como ésta representa un verdadero golpe para un futbolista profesional.
En estas temporadas, además de las vicisitudes físicas, la promoción del 92 también tuvo que lidiar con la enfermedad de su madre, lo que contribuyó a dejarlo definitivamente fuera de combate también desde el punto de vista psicológico.
Lamentablemente en los últimos años también ha perdido la titularidad de la selección de Albania, de la que era uno de los pilares antes de llegar a Salento. Ahora es agente libre, pero seguramente algunos clubes, incluso los cadetes, se centrarán en él, un defensa fuerte y físicamente estructurado que en Lecce, a pesar de un ascenso, una salvación y 32 excelentes partidos, tuvo una experiencia desafortunada.
