Acusados desde hace algunos años por su falta de originalidad, la menor afluencia de clientes, los numerosos espacios vacíos que quedan a lo largo del kilómetro que separa Porta Po de Largo Moreni, los puestos de San Pietro van claramente contra la tendencia esta mañana, saludados por el habitantes de Cremona desde las primeras horas de este 30 de junio, también gracias a una mañana soleada pero fresca.
Mucha gente paseando, pero también comprando, como lo demuestran las bolsas llenas de quienes, alrededor de las 10, ya han completado su recorrido. Colores, como los de los bolsos y la ropa étnica, olores a porchetta y similares; perfumes, con incienso y jabones. Pero lo que hace verdaderamente característico este momento de agregación son los grupos que se forman frente a los vendedores de cepillos mágicos para limpiar la casa, portabebés multifuncionales, productos de cuero que lo lavan todo. Un redescubrimiento, aunque sea por unos minutos, de un poco de ese sentimiento de pertenencia a una comunidad que caracteriza a las ferias y a los mercados y que las distintas Amazonas o e-bays no pueden replicar.
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