La invasión de plantas de producción de energías renovables que se viene produciendo desde hace algún tiempo en Tuscia no parece detenerse. A pesar de que, entre la eólica y la fotovoltaica, la zona de Viterbo es la provincia del Lacio que alberga la mayor concentración de instalaciones (78%), la “conquista” de otras zonas del territorio continúa.
«Un tema muy complejo, el de las energías renovables, que produce efectos desagradables en el territorio», subrayó el presidente de la provincia, Alessandro Romoli, que quiso hacer un balance de la situación en el consejo, a través de los gerentes Manini y Pozzi. En particular, se trató de un repaso de los aspectos legislativos sobre la materia porque, como destacó Pozzi, “estamos en un momento de evolución regulatoria”.
Normas que, según se desprende de las aulas, reducen aún más el posible margen de maniobra con el que pueden contar las autoridades locales.
De hecho, en el caso de las grandes centrales que desarrollan una potencia superior a los 10 megavatios, los proyectos pasan directamente a Mase, el Ministerio de Medio Ambiente y Seguridad Energética, sin pasar también por las Regiones. Actualmente, se han presentado ante el Ministerio 65 procedimientos para la ejecución de proyectos de grandes instalaciones que afectan a Tuscia. Con empresas del sector energético dispuestas a invertir sumas importantes: de 30 a 100 millones de euros.
El panorama pintado por la oficina de Energía del Palacio Gentili es inquietante. «Actualmente la oficina gestiona proyectos para más de 600 plantas, de las cuales 290 ya están construidas y alrededor de 300 están en evaluación».
Si la situación actual es preocupante, “en los próximos meses será espantosa”, afirmó Pozzi, refiriéndose a la instalación de un “bosque” de aerogeneradores de varias alturas: desde un metro y medio hasta 2,5 metros.
Una gran concentración de estructuras gigantescas, que tienen un impacto especial en el paisaje, afectarán a la franja que va desde el lago de Bolsena hasta Tarquinia. Para luego conectarse a la nueva central eléctrica de Manziana.
Pero también la zona norte de la provincia de Viterbo se verá obligada a pagar un nuevo castigo a las energías renovables.
«Pronto – declaró Pozzi – los territorios de la parte norte cambiarán de fisonomía, con las nuevas normativas que permitirán la construcción de nuevas plantas». De hecho, según el director provincial, existen numerosos proyectos de nuevas instalaciones fotovoltaicas depositados en Mase.
“Y si los municipios no presentan objeciones y observaciones en un plazo de 30 días – advierte – la empresa proponente puede empezar a trabajar después de 45 días”. Se trata de intervenciones que ya han obtenido autorizaciones, a pesar de “incidir en una situación ya saturada” con una fuerte concentración en Montalto, Tuscania y Canino.
Una situación que presenta problemáticas complejas y determina también cuestiones críticas desde el punto de vista de las carreteras provinciales.
Al final del debate, el presidente Romoli anunció que consideraba necesario “convocar a la asamblea de alcaldes para informar a los municipios” de lo que está sucediendo y de los plazos de que disponen para intentar oponerse al nuevo asedio.
