Robos de coches por comisión (y no) en Ceriñola: 26 detenciones, dos grupos criminales de Andria

Ceriñola llamó a Andria, y Andria respondió poniendo en marcha equipos de ladrones de coches: hasta cuatro robos al día, sobre todo de noche, ataques muy rápidos y a menudo a comisión. La policía detuvo al amanecer a 26 personas, entre ellas 21 de Andria y 5 de Cerignola. 14 terminaron en prisión, 9 bajo arresto domiciliario, uno con obligación de permanencia y dos con obligación de denunciar. Las detenciones se refieren a dos presuntos grupos criminales de Andria especializados en el robo de vehículos, liderados por Lovergine y Di Bisceglie. Las investigaciones se iniciaron a finales de octubre de 2023, tras el registro de una persona de Andria en cuya vivienda se encontraron repuestos de origen delictivo, y finalizaron en abril de este año. Se impugnaron 45 incidentes tras una denuncia presentada por las víctimas. Los robos se produjeron en BAT y en el norte de Bari. El grupo liderado por Di Bisceglie estaba formado por 6 personas, 9 miembros del grupo Lovergine. En su punto de mira se encuentran principalmente los coches de gran cilindrada. Se utilizan diversas técnicas tanto para los robos como para evadir a la policía: cambios de ropa, rostros distorsionados, transmisores de radio para comunicarse, bloqueadores, recuperación de coches robados y utilizados para robos. El modus operandi se dividió en tres fases: en la primera estaba la “batería operativa”, es decir, equipos formados por tres o cuatro personas que actuaban simultáneamente durante la noche para robar vehículos; luego estaba el “barquero”, el que traía los coches a Cerignola escondiéndolos dentro de camiones cubiertos, llegando incluso a realizar múltiples viajes en una sola noche; finalmente el equipo que recibió el auto para desmantelarlo. Operaciones que duraron un máximo de 3 horas. Para los investigadores, Cerignola siempre fue la fuente de los robos, de ahí surgieron pedidos específicos de repuestos de automóviles, encargos que los sospechosos citaron por teléfono como “pizzas”. Los grupos criminales interactuaban entre sí, incluso intercambiando miembros si era necesario. Para las investigaciones, el Flying Squad utilizó varias interceptaciones. En un caso, uno de los sospechosos dijo textualmente: “He estado robando coches toda mi vida”. Muchos de ellos, a pesar de saber que estaban siendo investigados, continuaron robando coches para recaudar el máximo dinero posible antes de ser detenidos, “como si la prisión fuera un riesgo calculado y necesario”, subrayaron los investigadores. Además de las escuchas telefónicas, también fueron fundamentales las imágenes de las cámaras de vigilancia públicas y los vídeos virales de la web. El volumen de negocios de los 26 detenidos habría ascendido al menos a un millón y medio de euros sólo durante el tiempo de las investigaciones, sin contar otros robos de coches no denunciados. Para los investigadores, esto es sólo el comienzo de una compleja actividad de investigación que podría seguir ampliándose.

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