La edición de hoy de “La Gazzetta dello Sport” se centra en el nuevo entrenador del Palermo, Dionisi, que comparecerá hoy en la sala de prensa.
Alessio Dionisi aterrizó el lunes en Palermo, tras diez días en Formentera con su mujer Maila y su hija Mia. Las vacaciones casi han terminado, queda un fin de semana que pasar en Valencia con su otra hija Giorgia antes de sumergirse en la nueva aventura. “No veo la hora de empezar”, confió a sus amigos y lo reiterará hoy en la conferencia de presentación. Dionisi permanecerá en la ciudad hasta mañana, cuando viajará a Livigno para ver las instalaciones del retiro. Después del fin de semana español llegará el momento de volver a ponerse el traje: del martes a Coccaglio para los tres primeros días de entrenamiento y luego el traslado a Livigno. Para el verano ya está prevista una semana de trabajo en Manchester.
Dionisi no ve la Serie B como un paso atrás. De hecho, el entrenador está contento de tratar con un equipo caliente y ávido de fútbol. A Alessio le encanta la presión sana, no tiene miedo de “tener que ganar” aunque Palermo no salga desde la pole. Sin embargo, está claro que el club es ambicioso como lo demuestra la elección del entrenador y por eso el objetivo es el ascenso a la Serie A. Desde los primeros días de la concentración, el técnico intentará darle al grupo una identidad que ayude al los aficionados se reconozcan en el nuevo Palermo: le gustaría que se creara un sentimiento particular entre el equipo y la ciudad con una transmisión continua y mutua de entusiasmo.
Desde el punto de vista táctico, Dionisi prefiere el fútbol vertical, en el que la posesión no sea estéril, sino dirigida al tiro.. El técnico quiere que los jugadores aprovechen las nociones aprendidas durante la semana para leer bien las situaciones de juego y controlar el desarrollo del partido incluso cuando no tengan la posesión. Palermo puede perder, y sucederá, pero nunca debe quedarse al margen del desafío. Y esto independientemente del módulo que más se utilizará o del grupo que se compondrá durante el mercado. Un equipo y una ciudad unidos para lograr el objetivo más hermoso y ansiado: así imagina Dionisi su aventura en Palermo.
