En Italia hay 191 víctimas laborales en el primer trimestre de 2024.
Luigi Coclite, Mohamed Toukabri, Mohamed El Ferhane, Taoufik Haidar, Bouzekri Rachimi son los muertos en el derrumbe de la obra de Esselunga en Florencia; Satnam Singh es el trabajador indio que murió en Latina tras ser abandonado, con el brazo amputado, por su cabo, quien también tuvo el descaro de declarar que la muerte del trabajador “nos costó cara a todos”.
6 trabajadores resultaron heridos, 4 de ellos de gravedad, en una explosión hace apenas dos días en Bolzano; Pierpaolo Bodini, de 18 años, murió hace unos días aplastado por una sembradora en la provincia de Lodi.
Todavía siguen resonando en nuestras cabezas las vergonzosas palabras de Franchi, maestro del mármol de nuestra localidad, que tildaba de “imbéciles” a aquellos trabajadores que se lesionaban o morían en su lugar de trabajo.
En este clima de guerra, silencioso y sigiloso, que cada día cobra víctimas en los lugares de trabajo, el 2 de julio seremos llamados a juicio, en el proceso en el que se investiga a nuestros dirigentes sindicales y a algunos trabajadores registrados en la USB, culpables de haber manifestado contra el recorte del fondo destinado a las familias de quienes mueren en el trabajo.
Ante este escenario espantoso y vergonzoso, el 2 de julio acudiremos a los tribunales con la frente en alto, orgullosos de haber luchado en el bando correcto. Del lado de los que corren el riesgo de no volver a casa por la noche por unos euros, del lado de los que son insultados por sus empleadores, del lado de los que son abandonados al borde de la carretera fuera de la obra cuando sufre un accidente o se ve obligado a contar que fue herido en su casa, por parte de aquellas familias a las que incluso hubieran querido quitarles esas dos liras cobardes destinadas a compensar la pérdida sufrida.
¡Con la frente en alto seguimos librando esta guerra!
SINDICATO DE BÁSICA DE MASSA
