ISERLOHN (ALEMANIA) (ITALPRESS) – Dices Luka Modric y piensas en fútbol total, en poesía aplicada a los pies, en el fósforo inagotable de un auténtico maestro del centro del campo. Seamos claros: tras la despedida de Pirlo, es la estrella de Zadar quien encarna el papel de mediapunta por excelencia. A sus 38 años, Modric sigue siendo el abanderado de una Croacia ‘obligada’ a ganar a Italia para aspirar a continuar su camino hacia la Eurocopa. No sólo eso: sus jugadas influyen en la suerte de todos los que le rodean, incluido el Real Madrid de Carlo Ancelotti, con el que acaba de celebrar su sexta Liga de Campeones, un récord que comparte con otros campeones de la talla de Francisco Gento, Daniel Carvajal, Nacho y Toni Kroos. Neutralizarlo en Leipzig será una de las tareas más difíciles para el técnico italiano Spalletti, que, como hombre experimentado, sabe perfectamente que frente al talento puro no hay jaulas que aguanten. Modric, un campeón con un currículum infinito que presume incluso de un Balón de Oro, tiene en sus manos las llaves para arrancar el motor de Croacia. E Italia, tras la olvidable actuación contra España, sólo puede esperar limitar su genio y su concreción.
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