Tres mil quinientos millones de euros. Repito la cantidad: tres mil quinientos millones de euros. Es nuestro dinero el que la Región de Sicilia ha tenido disponible durante los últimos 17 años para afrontar y resolver el problema centenario de la sequía. Tres mil quinientos millones de euros a disposición, en distintos tramos, de los gobernadores Totò Cuffaro, Rafael Lombardo, Rosario Croceta, Nello Musumeci y ahora Renato Schifani. Tres mil quinientos millones de euros para tener redes de agua que pierdan, es decir, desperdicien, el 51,6 por ciento del agua. Tres mil quinientos millones de euros para antiguas presas incapaces de aprovechar las cada vez más raras y preciosas precipitaciones de tormentas. Tres mil quinientos millones de euros para depender de los petroleros, como hace cuarenta años.
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Es evidente que, si se les pregunta, los responsables de esta catástrofe dirán que la culpa es de los que estuvieron antes o de los que vinieron después, de quién dirigía la oficina de arriba o la oficina de abajo. Delegar culpas es la mejor manera de sanear tu conciencia. Después de haber desviado la responsabilidad hacia otros, nuestros héroes seguirán cultivando sus ambiciones públicas y privadas, seguirán pontificando sobre los problemas de Sicilia y cómo resolverlos. De todos modos, siempre habrá alguien más a quien culpar por el desastre. Tres mil quinientos millones de euros: la cantidad hay que recordarla hasta el final del artículo.
