Orgullo de Cosenza, cuando Occhiuto negó el patrocinio y habló de “amenazas y chantajes” (ppe ri caggi)

Ciertamente no estamos entre los admiradores de la actual administración municipal de Cosenza, dirigida por los peores elementos de una “izquierda” que no es lo que debería ser, involucrado como está con las peores caras del crimen organizado, que se revuelcan a sus anchas en los pasillos del Municipio y liderados por individuos como Nicola Adamo y Giggino Incarnato, que además de impresentables, tienen una cara como esa parte del Cuerpo donde nunca le gana al sol.. Y, sinceramente, esta administración está en perfecta continuidad política con la anterior -aparte de las inevitables demoliciones de la casa de via Roma y de la rotonda de viale della Repubblica-, como lo demuestran muchas “conexiones” en común. El alcalde “testaferro” que actúa como abogado y defiende ante los tribunales el felpudo de Mario Occhiuto, su “rival” en las elecciones, el silencio sepulcral sobre los repugnantes contratos mafiosos en Piazza Fera, la broma de la operación de búsqueda de la verdad sobre las cuentas del Ayuntamiento Sólo quedó una charla, el supuesto parque de bienestar deseado por Occhiuto y defendido a toda costa por su sucesor, incluso el secretario privado de Robertino, que actúa como padrino de boda en la boda del hijo del alcalde “títere”. Y podríamos seguir y seguir pero nos detendremos aquí por amor a nuestro país.

Pero por un lado esta administración puede ponerse una medalla en el pecho: el patrocinio municipal del Orgullo de Cosenza, que Mario Occhiuto negó descaradamente hace siete años, alegando justificaciones en broma y sin ton ni son, que hoy, pocas horas después del éxito de la procesión de anoche, es más apropiado que nunca recordarlo.

La historia del Orgullo de Cosenza en 2017 había rasgado definitivamente el velo de hipocresía que cubría la verdadera identidad política y cultural de esa administración, y también había abierto los ojos de muchos que menos de un año antes se habían apresurado a votar por Occhiuto. de nuevo, después de haberse dejado engañar una vez más por su cara de chico guapo y honesto y sus descaradas mentiras.

Occhiuto había sabido reconstruir su reelección colocándose como víctima de conspiraciones y enemigos en serie al servicio de delincuentes e intrigantes que estaban enojados con él porque es el único honesto en Cosenza. Una estrategia que, después de silenciar todas las posibles oposiciones políticas, culturales y sociales, mediante la herramienta más clásica: el do ut des, funcionó muy bien. Con una “falsa política” Occhiuto había logrado engañar a todos. De hecho, muchos de los que le reprocharon su falta de patrocinio en el Orgullo Gay de Cosenza, incluidos muchos gays y lesbianas, comenzaron sus comentarios sobre las publicaciones de Occhiuto sobre este tema con: Aunque voté por ella… Como homófobos y racistas enmascarados disfrázate: no soy homofóbico ni racista, pero…

Pero entonces salió la vergüenza y el Rey quedó desnudo (hablando de moral fácil), y los pensamientos de Occhiuti sobre los derechos civiles quedaron claros para todos. Occhiuto, en consecuencia, corrió a refugiarse y para defenderse sacó a relucir su repertorio de acusaciones, colocándose como víctima de ataques gratuitos e injustificados por parte de terroristas, extremistas y subversivos. Como aquellos que… le acusaron de haber votado por la secesión de los ricos al perfecto estilo Lega y… Simona Loizzo.

Una situación que le inquietó y le hizo retroceder unos años, precisamente al trienio rojo 2012/2013/2014: los famosos años de plomo en Cosenza (evocados por Occhiuto en su legendario post de la época…). Cuando el pobre Occhiuto estaba en el punto de mira de peligrosos terroristas que no desaprovechaban la oportunidad de amenazarlo por teléfono y lanzar alertas de bomba en el Municipio. Una situación terrible de la que milagrosamente logró, a pesar de los numerosos ataques de aquella época, salir ileso. Aunque los daños causados ​​por la actividad terrorista denunciada por Occhiuto fueron enormes para la ciudad.

Occhiuto denunció claramente que esto, o el regreso del terrorismo a Cosenza, estaba y ya está en marcha (¡¡con los carteles sobre la autonomía!!!) y que ya habían llegado las amenazas de algún grupo subversivo gay, y dijo textualmente: “Ya hemos sufrido amenazas y llamadas anónimas por situaciones similares (siempre inspiradas por los mismos individuos que hoy se encuentran en la organización “Cosenza Pride”) con denuncias de actos terroristas de supuestas bombas escondidas en oficinas municipales. Este es el nivel y la pura verdad. Los derechos no tienen nada que ver con eso y los homosexuales no tienen nada que ver con eso. Negué el patrocinio municipal (que no significa negar el apoyo del municipio) por estos motivos, y el primero es: responder siempre con firmeza a las amenazas y chantajes…”.

Por ello, Occhiuto denunció haber sufrido amenazas y chantajes. Y esto le situó en el primer punto de su No al clientelismo. Para Occhiuto estaba claro, como escribió, que quienes lo amenazan son los gays (y otros) que organizan el evento en Cosenza. dado que son a ellos a quienes se dirigía su publicación.

Así funciona el sistema Occhiuto: cuando no puede arreglar las cosas o comprar gente con el dinero de su caggi, cuestiona a sus amigos de la fiscalía. Como diciendo: ten cuidado, te lo he advertido, si no dejas de hablar de mí acabarás muy pronto citado en la fiscalía para responder de quién sabe qué atentado contra mí o contra las instituciones. ¿Claro?

Y pensar que cuando describíamos este “sistema mafioso” de intimidación y abuso de poder hacia quienes expresan disconformidad con Occhiuto, donde fiscales y jueces actúan como trabajadores criminales, hubo quienes nos acusaron de exagerar respecto al alcalde: el mismos que luego se vieron sometidos a lo que definieron como “exagerados”. Como se dice: hasta ahora a ci ‘ngappi, a ci cridi.

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