En el Agro Pontino el bloque negro de Fratelli d’Italia

Durante dos días, todo el gobierno guardó silencio sobre la historia de Satman Singh, el trabajador indio abandonado frente a su casa sin ayuda después de que una máquina de envolver plástico le cortara el brazo y le fracturara las piernas. Luego, ante la creciente indignación, intervino Giorgia Meloni, con un llamado a la italianidad. “Estos son actos inhumanos que no pertenecen al pueblo italiano”, afirmó, refiriéndose al comportamiento de los propietarios de la empresa agrícola donde Singh trabajaba ilegalmente. Ayer por la mañana le siguió el ministro de Agricultura, Francesco Lollobrigida, cuñado del primer ministro y también de Fratelli d’Italia. Lo hizo defendiendo a los agricultores pontinos del riesgo de ser criminalizados y subrayando que “estas muertes no dependen de los empresarios agrícolas sino de los delincuentes”.

HACE SÓLO CUATRO MESES, el propio Lollobrigida había visitado el Consorcio Agro Pontino, afirmando conocer la zona y saber “cuánta pasión y trabajo pusieron los agricultores para robar el pantano y transformarlo en una excelencia italiana”. Las palabras del ministro de Agricultura siguen a las contenidas en un vídeo realizado en 2020 por su colega de partido Nicola Procaccini, ex alcalde de Terracina y copresidente del grupo Conservadores Europeos (Ecr), recién reelegido eurodiputado con 120.000 votos, el 27. mil de los cuales se reunieron en la zona pontina y fue el más votado del partido después de Giorgia Meloni. En el breve clip, Procaccini relaciona la recuperación llevada a cabo por Mussolini con las actuales empresas agrícolas de Latina, consideradas “una excelencia productiva”, y afirma que “no es cierto que se trate de una historia de explotación”, como escriben los periódicos.

EL HECHO DE QUE LOS AGRICULTORES Pontini constituye una base electoral para la derecha, lo que explica la demora y la vergüenza del gobierno a la hora de intervenir en este asunto. En 2018, Giorgia Meloni fue elegida miembro de la Cámara de Diputados por la circunscripción de Latina y en las últimas elecciones dejó la circunscripción a Chiara Colosimo, quien luego fue nombrada presidenta de la Comisión Antimafia a pesar de la polémica por una foto suya con el ex Nar terrorista Luigi Ciavardini, condenado por la masacre de la estación de Bolonia el 2 de agosto de 1980.

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Latina siempre ha sido una base electoral para la derecha dura. En las recientes elecciones europeas, en Latina Fratelli d’Italia fue el primer partido, con el 37,72 por ciento de las preferencias, y el gobierno acaba de asignar ocho millones de euros para celebrar el octogésimo aniversario de su fundación, al igual que Littoria, durante el fascismo. En Sabaudia, la Fdi obtuvo el 44,79 por ciento y en Fondi, todo el centro-derecha se acercó al 80 por ciento de los votos.

COLOSIMO FUE nombrada miembro de la Comisión Antimafia por su experiencia en el tema de la agromafia y por esta razón se habría esperado su intervención tras la muerte de Singh. En cambio, hasta hoy ha permanecido en silencio, al igual que el oficialista Coldiretti, ya disputado en febrero por el llamado movimiento tractor, que tenía su ala más radical precisamente en la campiña pontina. Estaba dirigido por Danilo Calvani, un ex empresario agrícola de Latina, ex líder de los Forconi y líder de la Liga, considerado cercano a Forza Nuova. Calvani se había opuesto a la reunión con el ministro Lollobrigida y había organizado una manifestación en el Circus Maximus el 15 de febrero, en la que se opuso al gobierno de Meloni desde la derecha, afirmando que debería dimitir. Ayer escribió en Facebook “los agricultores son atacados, está bien atacarlos si se equivocan, pero no se dice una sola palabra sobre el negocio de los inmigrantes ilegales”.

ALGUNOS TRABAJADORES INDIOS de una compañía al sur de Sabaudia también informó haber sido obligado a inclinarse y hacer el saludo romano frente a una efigie del Duce y un fasces. En una pregunta presentada al Parlamento el pasado 24 de mayo por el miembro del Partido Demócrata Arturo Scotto leemos que entre «las limitaciones más inquietantes a las que se ven obligados los trabajadores está la obligación, impuesta por el empleador o el cabo indio, de agachar la cabeza o dar la Saludo romano ante la efigie o busto del dictador Mussolini presente en algunas granjas pontinas”.

Además, «según algunos testimonios, se esconden armas como pistolas y rifles, algunas de ellas habitualmente en posesión, utilizadas para chantajear y/o asustar a los trabajadores extranjeros y recordarles quién manda y qué son capaces de hacer si no se cumplen las órdenes impuestas. realizado correctamente» . El Gobierno

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