Derecha e izquierda, norte y sur, divididas sobre la propaganda y el problema del dinero falso

Derecha e izquierda, norte y sur, divididas sobre la propaganda y el problema del dinero falso
Derecha e izquierda, norte y sur, divididas sobre la propaganda y el problema del dinero falso

Lamentablemente, la ley sobre autonomía diferenciada ha estado en el centro de lecturas propagandísticas distorsionadas. Pero hay muchos puntos críticos, como un probable aumento de la burocracia, y la disponibilidad de recursos para cada región, en la práctica, no cambia.

El 19 de junio se aprobó en la Cámara la ley de autonomía diferenciada. Este proyecto, junto con el de la presidencia, parece ser objeto de la distinción entre derecha e izquierda. La derecha se alegra, el Primer Ministro incluso declaró que esta ley pone fin a la era del bienestar y, en cualquier caso, en general se considera una victoria para las regiones del Norte. Un votante veneciano o lombardo probablemente lo percibe como una oportunidad para una mayor autonomía en la toma de decisiones, pero también para una mayor disponibilidad de los recursos producidos en la zona. La izquierda y el Sur en general ven esta ley como profundamente injusta porque divide al país. Esta opinión probablemente se debe a la percepción de que la descentralización conduciría a un aumento de los recursos para las regiones ricas en detrimento de las regiones pobres. Todo el debate se centra en esta percepción. El país está sumido en una histeria colectiva de júbilo que se manifiesta en el Parlamento con el ondear de banderas venecianas o lombardas, y de protesta en el otro lado con los intentos de envolver al Ministro Calderoli en una tricolor.

El 19 de junio se aprobó en la Cámara la ley de autonomía diferenciada. Este proyecto, junto con el de la presidencia, parece ser objeto de la distinción entre derecha e izquierda. La derecha se alegra, el Primer Ministro incluso declaró que esta ley pone fin a la era del bienestar y, en cualquier caso, en general se considera una victoria para las regiones del Norte. Un votante veneciano o lombardo probablemente lo percibe como una oportunidad para una mayor autonomía en la toma de decisiones, pero también para una mayor disponibilidad de los recursos producidos en la zona. La izquierda y el Sur en general ven esta ley como profundamente injusta porque divide al país. Esta opinión probablemente se debe a la percepción de que la descentralización conduciría a un aumento de los recursos para las regiones ricas en detrimento de las regiones pobres. Todo el debate se centra en esta percepción. El país está sumido en una histeria colectiva de júbilo que se manifiesta en el Parlamento con el ondear de banderas venecianas o lombardas, y de protesta en el otro lado con los intentos de envolver al Ministro Calderoli en una tricolor.

La situación que estamos viviendo es un ejemplo de cómo es posible distorsionar la información para hacer propaganda política.. Comunican a sus votantes lo que les gustaría que se hiciera, pero no lo que realmente se ha hecho. La ley, en realidad, garantiza la invariancia financiera a las regiones que no participan en ningún acuerdo, protegiendo su gasto histórico. Además, un posible aumento de los recursos dedicados a financiar las LEP de las funciones delegadas no puede “poner en peligro el alcance y la proporcionalidad de los recursos que se asignarán a cada una de las demás regiones”. Por lo tanto, si se aumentan los recursos necesarios para satisfacer las LEP de las regiones que han solicitado la devolución de funciones, el aumento no puede violar la proporción en que se distribuían los recursos antes de los acuerdos. Esto significa que también debemos aumentar la disponibilidad de las regiones que no piden autonomía.
La ley certifica efectivamente que la distribución de recursos después de los acuerdos no puede desviarse del criterio de gasto histórico. En la práctica, en lo que respecta a la disponibilidad de recursos, nada cambia. Dado que todo esto está previsto en el artículo 9 de la ley, no está claro por qué tanto los partidos de derecha como de izquierda no lo comunican claramente a sus votantes, antes de hacerlos alegrarse o salir a la calle. Comunicar esta información ayudaría a calmar la mente de las personas y a pensar con más equilibrio sobre el tema. En lugar de ello, preferimos llevar la comparación a los extremos.

La ley tal vez plantee algunos problemas, pero en áreas distintas a aquellas por las que se celebra o protesta. De hecho, no debemos olvidar que las regiones podrán empezar inmediatamente a pedir mayor autonomía en materias para las que no es necesario estimar la Lep. Éstos son de carácter regulatorio: es el caso, por ejemplo, del comercio exterior, la seguridad social complementaria e integradora, la protección civil, los bancos de interés regional, las profesiones, etc. Existe un riesgo evidente de que la atribución de estas funciones a las regiones pueda crear en algunos casos un problema grave con la multiplicación de burocracias, en detrimento de la eficiencia del sistema en su conjunto. Además, incluso para los temas que requieren la estimación de LEP, hay algunos que identifican claramente bienes públicos nacionales o incluso globales. Pensemos, por ejemplo, en la protección del medio ambiente y del ecosistema o la gestión de puertos y aeropuertos. Está claro que no podemos pensar en una legislación medioambiental eficaz que sea válida únicamente dentro de las fronteras regionales.

No existe ningún criterio básico en la ley que deba seguirse para decidir cuáles y cuántas materias pueden delegarse. Sin embargo, existe una vasta literatura económica y jurídica sobre el tema que prescribiría directrices esenciales. Todo queda en manos de una negociación política entre el Gobierno y las regiones, limitándose el Parlamento a aprobar un acuerdo ya alcanzado. Además, dadas las limitaciones financieras comentadas anteriormente, sería una buena apuesta para las regiones que piden autonomía, una vez aprobadas las Leps: tendrían que gestionar las funciones delegadas (pensemos en particular en la educación) con los mismos recursos que son utilizados actualmente en el territorio por el Estado central, garantizando los niveles esenciales exigidos por la legislación estatal.
Después de las celebraciones y protestas que estamos presenciando en los últimos días, Sería realmente interesante ver cuáles y cuántas regiones solicitarán la devolución de funciones en estas condiciones. Es sobre este resultado final que los votantes, tanto de derecha como de izquierda, deberían evaluar la validez de la reforma, no sobre proclamaciones que sólo mistifican la realidad de las cosas.

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