Cristian Catalano había drogado a Shau Li antes de matarla

Nadie había oído nada, ni un grito ni siquiera un susurro. Sin embargo, en esa casa de Lonato, el 2 de abril, había sucedido de todo: espadas y sangre, heridas y muerte. Sin gritos, silencio absoluto: tal vez porque Shau Li, de 44 años, de origen chino pero residente en Rivoltella, había sido (probablemente) fuertemente drogada por su novio Cristian Catalano, un hombre de 49 años originario de la provincia de Lecco pero que ha vivido toda su vida en Brasil (y recientemente más de un año y medio en la Garda), que después de matarla se habría quitado la vida.

Adicto a las benzodiacepinas

La hipótesis de que Shau Li había quedado atónito figuraba desde hacía tiempo en los cuadernos de los investigadores (las investigaciones, recordamos, fueron confiadas al fiscal Alessio Bernardi y a los carabinieri de Desenzano y Lonato). Pero la confirmación no llegaría hasta el lunes 17 de junio, tras el resultado de pruebas toxicológicas específicas solicitadas durante la autopsia: desde las primeras indiscreciones, aunque no oficiales, parece que la mujer habría sido drogada con una dosis importante de benzodiazepinas, sustancias que actúan como Depresores del sistema nervioso central y utilizados en medicina para tratar la ansiedad y el insomnio.

Los resultados toxicológicos deberían confirmar definitivamente lo que ha sido la primera y última hipótesis desde el inicio de las investigaciones: que la noche del lunes de Pascua en la Madonna della Scoperta, donde Catalano vivía de alquiler, se produjo un dramático asesinato-suicidio. Los dos habían estado recientemente en una relación y habían pasado el fin de semana juntos. Hasta el trágico epílogo, del que aún se desconoce el motivo preciso. Y tal vez nunca se sepa.

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