Comisiones agrícolas cerradas: experiencia subyacente a decisiones importantes

Las fincas cerradas tienen una tradición centenaria: cambios de superficie, nuevas constituciones o disoluciones deben ser aprobados por las comisiones locales de fincas cerradas. En Tirol del Sur hay 13.400 explotaciones agrícolas cerradas y el número se mantiene estable. En los últimos diez años se ha producido un número equivalente de disoluciones y nuevas constituciones, 156 en cada caso. 136 comisiones locales de explotaciones agrícolas cerradas deciden sobre disoluciones y nuevas constituciones, así como sobre cambios en la superficie. Muchas normativas hay que tener en cuenta a la hora de tomar decisiones, por lo que es fundamental conocerlas. En diciembre se crearon las nuevas comisiones locales para las explotaciones cerradas, en total han sido nombradas 580 personas y hay 18 presidentes. Recientemente fueron invitados a un curso de capacitación en la Secretaría de Agricultura de la Provincia. La formación se centró en cuestiones burocráticas, técnicas y jurídicas.

Cada año, las comisiones agrícolas cerradas locales adoptan alrededor de 1.200 decisiones. En caso de nuevos establecimientos o disolución de explotaciones cerradas, así como de separación de edificios de cualquier tipo (incluidos volúmenes o partes de edificios), la División de Agricultura expide un visado. Cada año se examinan una media de unos 250 permisos expedidos por las comisiones locales para explotaciones cerradas. Contra las decisiones de la Comisión local, los interesados ​​pueden recurrir ante la Comisión Provincial de fincas cerradas para una nueva evaluación. Esta comisión está integrada por el presidente y otros cuatro miembros y es designada por el gobierno provincial por un período de cinco años. En los últimos 10 años se han presentado 199 recursos.

La finca cerrada ha demostrado su valía a lo largo de los siglos. Impidió que las explotaciones se dividieran según la línea de sucesión, garantizando así que las explotaciones cerradas permanecieran intactas y que estuviera garantizada la base de sustento de la familia de agricultores.“, afirma el consejero provincial de Agricultura, Luis Walcher.

Con gran amargura hay que recordar que en Welschtirol-Trentino muchas granjas fueron “abandonadas” desde los años 1960 para dar paso a la industrialización, lo que llevó al territorio a una lenta degradación cultural y medioambiental… pero eso es otra cuestión…

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