está bajo arresto domiciliario en la casa de su hija

TERNI – Agua y diversos líquidos se derramaron en los pisos inferiores del edificio.

Ruidos nocturnos molesto por decir lo menos, con la anciana comenzando a gritar a todo pulmón solo para perturbar el sueño y la paz de los vecinos.

Por no mencionar el a pesar clo cual habría hecho al pasar frente a las puertas de los condominios. Varias veces habría chocado voluntariamente contra las puertas sólo para hacer ruido, molestar y dejar claro que ella estaba a cargo.

El terniense de 85 años, lúcido y vivaz, no se detuvo ni siquiera cuando el juez le impuso la prohibición de vivir en su apartamento palacio de borgo rivo obligándola a mudarse a la casa de su hija, que vive fuera de la ciudad.

Haciendo caso omiso a la medida, regresó a su casa y continuó impertérrita. acechando serial hacia los vecinos.

Comportamiento que impuso una medida más dura, con el juez activándola para la anciana arresto domiciliario en casa de su hija en Emilia Romagna.

Una mala historia de una persona que, a pesar de su edad, según comprobaron los investigadores de armas, se mostraba lúcido y presente.

Lo cierto es que en el edificio de la periferia norte donde vive sola el clima es insostenible desde hace meses.

La primera denuncia ante la policía se remonta a finales del año pasado. Lo presentó la familia que, más que otros, se habría visto obligada a sufrir fuertes ruidos y gritos en plena noche. Y luego los golpes con la escoba en el techo y en el suelo, hechos sólo para molestar a esos vecinos que tanto odiaba.

Los militares han recibido otros informes similares de quienes viven en el edificio Borgo Rivo.

Lo suficiente para desencadenar intensas investigaciones por parte de la policía los cuales, habiendo terminado en la mesa del fiscal, fueron cerrados con auto del juez que se remonta a marzo.

Para este hombre de 85 años, la prohibición de permanecer en Terni y la obligación de trasladarse fuera de la región, a casa de su hija, para dar tranquilidad a los vecinos que ahora estaban al borde de un ataque de nervios.

Al principio la anciana respetó el procedimiento, luego alguien la vio regresar a su casa, donde no debía ser vista. Algunas visitas esporádicas, con la excusa de llevarse efectos personales, y luego la decisión del acosador de detenerse en su casa y seguir persiguiendo a sus vecinos.

Tras la comprobación por parte de los militares se supo que el hombre de 85 años había varias solicitudes de permiso para regresar a casa que fueron rechazadas por las autoridades judiciales. Sin embargo, ella continuó allí como si nada hubiera pasado, con ruidos nocturnos y travesuras de todo tipo.

En estas horas la policía de la estación de Terni lo tiene arrestado por actos de persecución in ejecución de una orden de arresto domiciliario cautelar dictada por el juez de instrucción del tribunal de Terni. Ahora cumple la medida restrictiva en Emilia Romagna, en casa de su hija, y sus vecinos pueden respirar aliviados.

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