De Ketelaere-Milan, un amor que nunca floreció. Milán se consuela recuperando su inversión

De Ketelaere-Milan, un amor que nunca floreció. Milán se consuela recuperando su inversión
De Ketelaere-Milan, un amor que nunca floreció. Milán se consuela recuperando su inversión

La separación entre Charles De Ketelaere y Milán es definitiva, todos felices al final y con pesar por lo que no fue. Pero dada la situación, el club rossoneri sólo puede estar satisfecho, logrando incluso obtener una plusvalía, aunque mínima, de un jugador considerado el gran fracaso del mercado 2022/23.

Tantas expectativas para un jugador cuyo aspecto angelical y su andar elegante ya habían provocado comparaciones con Kakà. Sin considerar que cuando llegó a Milán tenía 21 años y sólo jugaba en Bélgica. El cual se midió en un campeonato con mayor coeficiente de dificultad, en un país nuevo y con un idioma por aprender. De Ketelare pagó la presión de los 35 millones, el all-in de la dirección rossoneri que gastó en él casi todo el presupuesto y los malentendidos tácticos en una temporada en la que el Milan, neto de la semifinal de la Liga de Campeones, vivió una montaña rusa. Luego están los números que, descontando las atenuantes mencionadas, son despiadados: 40 partidos, cero goles, una asistencia.

“Si no funcionó en Milán también fue en parte culpa mía”, declaró De Ketelaere en el momento del traspaso, el pasado mes de septiembre, en el Atalanta. Hay jugadores que consiguen marcar la diferencia de inmediato, otros necesitan un paso intermedio. Evidentemente, CDK no pudo resistir el impacto de San Siro. Al fin y al cabo, ni siquiera los campeones consagrados lo habían conseguido, que en cambio siguieron brillando en otros lugares: Dennis Bergkamp, ​​​​para volver a la historia, fue el gran fracaso del Inter a mediados de los 90, a pesar de haber tenido un currículum más importante que De Ketelaere. a su llegada a Milán. Inmediatamente volvió a brillar en el Arsenal pero en San Siro ahora estaba irremediablemente quemado, del mismo modo que el belga estaba irremediablemente quemado.

En Atalanta vimos la versión que nos hubiera gustado ver en Milán, pero en cambio su relanzamiento en la más tranquila Bérgamo salvó la inversión. Los jugadores de Orobic, después de haber pagado 3 millones por la cesión, pagarán otros 22 por la redención, más 2 en concepto de bonificación, más un 10% sobre futura reventa. Pudo haber sido mucho peor. Buena suerte, Carlos.

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