Sin agua, adiós a las especialidades sicilianas

Todo el mundo lo sabe: sin agua no se puede hacer una agricultura de calidad. Sicilia, con su clima cálido y seco, es una región particularmente vulnerable a la escasez de agua, un fenómeno que ha sido subestimado durante décadas. Hoy en día, debido a la aceleración del cambio climático, los problemas han llegado a su fin. El cambio climático está provocando un aumento de las zonas desertificadas, haciendo insostenible la agricultura tradicional, caracterizada por un gran desperdicio de agua y recursos. Urge un cambio cultural en los métodos de cultivo, en la elección de las plantas y en el uso personal del agua.

Desafortunadamente, sin una disponibilidad adecuada de agua, varios productos típicos sicilianos corren el riesgo de desaparecer o reducirse significativamente. Los cultivos que corren mayor riesgo son aquellos que requieren mayores suministros de agua, como los cítricos, las hortalizas, las frutas, las uvas para vinificación y el ganado. La falta de agua está provocando una disminución de los rendimientos de producción, una disminución de la calidad del producto y un aumento de los costes de producción.

Impactos económicos y sociales de la sequía

Además del daño económico directo, la sequía tiene un impacto negativo en el empleo y el tejido social de las comunidades rurales. Muchos agricultores se han visto obligados a reducir su actividad o abandonar sus campos, mientras los criadores reducen el número de animales, con graves consecuencias para sus ingresos y el futuro de sus familias. Esto también conduce a un aumento de los precios de los productos agrícolas. Además, la pérdida de producciones típicas tiene un impacto cultural, ya que muchos de estos productos están vinculados a la tradición e identidad sicilianas.

Soluciones y buenas prácticas: el modelo israelí

La sequía es un fenómeno cada vez más extendido y para abordarlo debemos actuar en múltiples frentes, analizando también las buenas prácticas de otros. Un ejemplo de ello es Israel, que se ha convertido en un modelo mundial en gestión del agua gracias a la innovación tecnológica. Aunque el 60% de su territorio está ocupado por el desierto del Néguev, Israel ha desarrollado tecnologías avanzadas que le permiten no sólo cubrir sus necesidades de agua, sino también tener excedentes. Este logro es fruto de un compromiso constante que comenzó desde su fundación en 1948, con un fuerte énfasis en la agricultura y la tecnología.

Una de las innovaciones clave es el riego por goteo, una técnica agrícola de precisión que riega los cultivos gota a gota, minimizando el desperdicio de agua y logrando una eficiencia del 90%. Otro pilar de la estrategia hídrica de Israel es la desalinización. Desde 1999, inspirado por los estudios del científico Sidney Loeb, Israel ha desarrollado plantas desaladoras basadas en ósmosis inversa, un proceso ecológico y menos costoso que las técnicas anteriores. Estas plantas suministran actualmente el 20% del agua potable del país.

Durante la grave sequía de 2008-2009, Israel intensificó sus esfuerzos para recuperar agua dulce y aguas residuales. Hoy en día, Israel recicla entre el 85% y el 90% de las aguas residuales, un logro extraordinario en comparación con otros países. Además, el control de fugas en las tuberías de agua es muy eficiente, con pérdidas fisiológicas limitadas al 8%, gracias a tecnologías de monitorización avanzadas como las que ofrece Aquarius Spectrum.

La gestión del agua en Israel también incluye soluciones innovadoras como la recuperación de la humedad del aire, transformada en agua potable por empresas como Watergen. La agricultura israelí utiliza tecnologías avanzadas como la inteligencia artificial, la robótica, la biotecnología y la gestión del estrés climático, con especial atención a las proteínas vegetales, dado que una parte importante de la población es vegana o vegetariana.

Estrategias para Sicilia

La experiencia israelí también ofrece lecciones importantes para Italia y Sicilia, especialmente en un momento en que la gestión sostenible del agua se vuelve cada vez más crucial. Actuar temprano, adoptar tecnologías avanzadas y estrategias de recuperación y ahorro de agua puede ayudar a prevenir futuras crisis hídricas. Sobre todo, es necesaria la colaboración entre los sectores público y privado. El gobierno, las universidades, las empresas y los centros de investigación deben colaborar estrechamente para desarrollar e implementar soluciones innovadoras. Hay que desarrollar la cultura del agua, promoviéndola mediante campañas de sensibilización y educación escolar para promover comportamientos virtuosos.

Es esencial invertir en innovación tecnológica mediante la adopción y el desarrollo de técnicas eficientes en el uso del agua para el riego, el tratamiento de aguas residuales y la gestión de redes de agua. Además, es necesario apoyar la adopción de prácticas agrícolas innovadoras que reduzcan el consumo de agua y aumenten la resiliencia climática.

Medidas prácticas

Para luchar contra la sequía es fundamental acostumbrarse al ahorro de agua en las prácticas diarias y en las actividades domésticas.

  • La conservación del agua es una estrategia clave para prevenir la sequía. Reducir el consumo de agua, reparar fugas, conservar el agua de lluvia y reciclar el agua son algunas de las medidas que pueden ayudar a conservar los recursos hídricos.
  • Otra forma de combatir la sequía es utilizar métodos de riego eficientes: riego por goteo, riego por inmersión y riego a baja presión.
  • Utilice plantas desalinizadoras para convertir el agua de mar en agua utilizable para la agricultura.
  • Construir infraestructuras intermedias (pequeños embalses) para la recogida y conservación del agua de lluvia.
  • La agricultura de precisión es otra estrategia que puede ayudar a combatir la sequía a través de tecnologías avanzadas (sensores) para monitorear el suelo, las plantas y las condiciones climáticas para optimizar el uso del agua y los nutrientes.
  • Elegir plantas resistentes a la sequía. Cultivar plantas que requieran menos agua y sean tolerantes a la sequía puede ayudar a reducir el impacto de la sequía en la agricultura (Aridocultura).
  • La adopción de técnicas de agricultura de conservación, como la rotación de cultivos y el uso de cultivos tolerantes a la sequía, puede ayudar a reducir el uso de agua.
  • Es necesario invertir en investigación y desarrollo para encontrar nuevas soluciones para la gestión del agua y para el desarrollo de variedades de cultivos más resistentes a la sequía.
  • Además, la protección de la naturaleza es otra estrategia clave para combatir la sequía. La conservación de bosques, humedales y vías fluviales puede ayudar a mantener el ciclo del agua y prevenir la desertificación.
  • drenaje de presas con un sistema de bajo impacto ambiental; un sistema compuesto por tres bombas hidráulicas con excavadoras fue protagonista de un dragado de presas especialmente respetuoso con el medio ambiente, con el objetivo de aumentar el volumen de nuestras presas.

Conclusión

La lucha contra la sequía requiere un enfoque holístico que incluya la conservación del agua, el riego eficiente, la agricultura de precisión, el cultivo de plantas resistentes a la sequía, la protección de la naturaleza, la educación y la sensibilización. Al adoptar estas medidas, podemos preservar los recursos hídricos y proteger el medio ambiente y la vida humana de la sequía, garantizando un futuro sostenible para los productos típicos sicilianos y para la identidad misma de Sicilia.

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