El Teatro de Vicenza, el Ayuntamiento y el Stabile del Veneto vuelven a colaborar después de 16 años: se ha firmado un acuerdo para ofrecer espectáculos del ciclo de clásicos durante tres años

Tiempo de leer: 3 minutos aproximadamente

“El diálogo con la Región es crucial. También hay que ofrecer a los patrocinadores todo un territorio, no una sola realidad”

Giampiero Beltotto, el alcalde Possamai y el presidente de la fundación teatral Luca Trivellato

El municipio, el teatro permanente del Véneto y la fundación del teatro municipal han firmado un acuerdo que permitirá traer a Vicenza cada año durante los próximos tres años un espectáculo de los clásicos olímpicos. Por las tres entidades estuvieron presentes respectivamente el presidente Giampiero Beltotto, el alcalde Possamai y el presidente Luca Trivellato. Este año, el espectáculo producido por el Stabile del Veneto es electra de Hofmannsthal dirigida por Serena Sinigaglia, con Federica Rosellini en el papel principal y Arianna Scommegna en el papel de Clitemnestra. En la reunión también estuvo presente Filippo Dini, director del edificio y más conocido en los últimos años por la serie de televisión protagonizada por el inspector Rocco Schiavone (Massimo Giallini) en la que interpreta al magistrado Maurizio Baldi.

La novedad es relevante por muchas razones. En primer lugar, supone la reanudación de las relaciones con el Stabile del Veneto después de que hace dieciséis años el alcalde Variati concluyera la temporada de De Fusco en Vicenza, lo que también llevó al Olimpico la ceremonia de los premios Eti, es decir, los Oscar del teatro italiano. Se prefirió una solución interna, como dicen elegantemente. Una ruptura que Beltotto evocó como “una laceración intuitiva y dañina, provocada por el egoísmo y la incompetencia”. Por su parte, hablando anteriormente sobre Beltotto Possamai, había pasado por alto este aspecto, hablando en cambio de la colaboración como “un elemento de riqueza” para Vicenza. Y tiene razón.

Beltotto, segundo punto, al hablar del acuerdo, parafraseó la histórica frase de Nei Armstrong sobre la Luna, hablando de “un pequeño paso para el Olímpico, un teatro henchido de historia y de honores, pero un gran paso para el teatro veneciano”.

Naturalmente, el orgullo de Vicenza nos lleva inmediatamente a sospechar que Beltotto es un clon despiadado de Cortés. Conquistadory que el edificio se parece un poco a la nave espacial del Visitantes que aterriza en Viale Mazzini con extraterrestres con suaves rasgos humanos que en realidad ocultan una naturaleza maligna.

El presidente, que huele el aire, responde explicando algunos conceptos. En primer lugar – subraya – hoy si se quiere hacer algo, en todos los sectores, incluido el cultural, no se puede ignorar a la Región: “El diálogo es crucial y para nosotros no hay colores políticos. Ya no existe el teatro de Treviso ni el de Vicenza, sino el teatro veneciano. El concepto de red es decisivo también para los patrocinadores. No tocamos el tamaño de la ciudad, pero Vicenza encaja en un panorama más amplio”.

Más allá del orgullo, surge –otro punto– la cuestión de ¿Quien esta a cargo? También en este caso Beltotto desestima las sospechas, explicando que “en la época de los democristianos, los dominados principio de mediaciónahora que los democristianos ya no existen necesitamos resumir“. “Se trata – subraya – de poner alrededor de una mesa a las mejores mentes”. Y no necesariamente la más brillante es la veneciana: “Estamos a su servicio: si la mejor idea es suya, la haremos realidad”, jura.

¿Hay algo que creer? En opinión del escritor, sí. Y por una sencilla razón: le conviene. Precisamente como conviene que los vicenzases abran la mirada. Los clásicos del Olímpico tienen un presupuesto del orden de 250-300 mil euros. La intervención del Stabile y de la Región en este espectáculo dado a Vicenza es del orden del cinco por ciento, sí o no, respecto a estas cantidades.

La única ventaja que el Stabile puede obtener de ello es, de hecho, ampliar su propia misión: “Ya no estamos relegados a una franja del este del Véneto – explicó Beltotto – Tanto es así que proponemos este proyecto también a otros municipios”.

El objetivo es presentar un territorio, no una única realidad: “Al fin y al cabo, todo el mundo se comporta así, excepto el Véneto”, subraya Beltotto. Vale la pena adaptarse. Y, de hecho, las ventajas de tener una orquesta tocando en lugar de sólo el primer violín son evidentes, precisamente desde el punto de vista financiero. Los patrocinadores son la única manera de aumentar la facturación, tanto para el edificio como para el teatro de Vicenza.

Para Vicenza, más allá del hecho de que la Región es uno de los miembros fundadores de la Fundación del Teatro (Popolare ya no existe, Confindustria se fue), sacar la cabeza es importante, porque la costumbre de magnificarse el ombligo está muy extendida en Monte Berico. Ahora que la economía (o incluso la ciudad) de hace 30 o incluso 15 años ya no existe, entrar en un juego de equipo es más que estratégico. Es esencial. (adl)

PREV Signorini al juez de instrucción: “No corrompí, trabajé para el puerto” – Noticias
NEXT En Cuneo una lección gratuita de defensa personal para mujeres