Ausencias y actitud: en Génova un paso atrás que duele

“No hicimos nuestro mejor partido, ahora lo único que queda es reiniciar todo y pensar en el partido contra el Lecce”. Estas son algunas de las palabras utilizadas por Alessandro Deiolacapitán de la jornada, tras la clara derrota de Cagliari contra Génova. Un nocaut por 3-0 que podría haber sido aún más redondeado en proporciones, si pelea no había hecho al menos tres paradas decisivas y eso, con la cabeza fría, seguro que deja a Claudio con algunas dudas Ranieri.

Ausencias que pesan

El técnico rossoblù admitió la superioridad de un Génova que se mostró injugable durante largos tramos del partido. Y haber tenido que alinear un once inicial con elecciones dictadas más por el equipo no puede dejar de haber tenido un impacto necesidad que por tácticas. Mina, Dossena, Nandez, Makoumbou, Sulemana, Viola y Luvumbo: siete entrantes – al que también se sumó en el último minuto Jankto (con muletas debido a un esguince en el tobillo derecho) – lo que equivale a ausencias importantes para un equipo que se juega por la supervivencia. Si Deiola despeja inmediatamente el campo de potencial coartadapero es comprensible pérdida de un equipo privado de su eje central, tanto a nivel táctico como, sobre todo, mental. Se entendió, una vez más, que existe un Cagliari con Yerry Mina sobre el terreno de juego y otro sin el colombiano. Como Doctor Jekyll y Mister Hyde, donde lo mejor sale cuando el exjugador de la Fiorentina está en el centro de la defensa y mantiene alta la concentración de su equipo, mientras que sin él emerge el lado equivocado de un equipo falto de fuerza. Por eso no es la derrota en sí lo que debería preocupar a Ranieri, sino la actitud mostrada en el campo por su equipo, que una vez más se mostró asustado y sin la debida atención. El ejemplo perfecto de esto es el segundo objetivos genovés, con Di Pardo Y Hatzidiakos quien perdió a Vásquez en un remanente del área penal, inmediatamente el zaguero mexicano aprovechó el regalo concedido para servir la asistencia que Frendrup transformó en el 2-0. Elocuente imitar del extremo de la Juventus: primero hace un movimiento con las palmas de las manos hacia abajo, casi como si quisiera tranquilizar al griego, pero una fracción de segundo después las gira para instar a su compañero a intervenir, pero para entonces Es demasiado tarde y la tortilla está lista. Un gol causado por un defecto en Atenciónlo que probablemente se sumó a la mala costumbre de leer acciones “departamentales” como la orquestada por el equipo de Gilardino.

Eje central ausente

Incluso la ausencia de makoumbou en medio del campo se hizo sentir y quizás todos, incluido el escritor, entendieron por qué Ranieri nunca se rinde. En Marassi la tarea de gestionar el regate recayó en prados pero, a pesar de la buena voluntad, el ex Spal fue absorbido por el entusiasmo competitivo del trío Frendrup-Badelj-Thorsby. La solidez del centro del campo del Génova tuvo un fuerte impacto en el partido, aniquilando cualquier posible reacción del Cagliari. Ranieri admitió que preparó el partido apuntando sobre la agresión (“Nuestra fuerza quería ser la agresión, pero no lo logramos”, dijo a Dazn), pero la respuesta de sus jugadores no estuvo en absoluto en línea con las expectativas. Los que debían encender la luz, Prati, Gaetano y Oristanio, no lo consiguieron y lo que ciertamente decepcionó fue la actitud general del equipo, formado por muchas segundas líneas, que en cambio había sido el arma adicional en San Siro contra Enterrar. El deseo de romper el mundo y demostrarle a Ranieri que estaba “allí con la mente” que se había visto en Milán contra el Génova era sólo un recuerdo lejano. En aquella ocasión estuvieron sobre el terreno de juego tanto Mina como Makoumbou, además de Luvumbo y, en la segunda parte, Viola. Es decir, jugadores capaces de incidir tanto a nivel mental como técnico, arrastrando al equipo. En Marassi Cagliari se perdió el “columna vertebral”o más bien el factor que provocó el cambio de ritmo en los dos últimos meses: la unidad de intenciones y la capacidad de luchar por cada balón como si fuera el decisivo para la salvación.

Ahora Lecce

En vista de Lecce Será realmente útil dejar de lado el mal paso en falso de Génova, que corre el riesgo de traer demasiados fantasmas a la cabeza de los rossoblù. Ranieri tendrá que ser bueno para restablecer la mentalidad de sus jugadores, apuntando también al “vaso medio lleno” del que habló después del partido. Porque es cierto que Deiola y sus compañeros han perdido tres puntos frente al Frosinone y uno frente al Udinese, pero también es cierto que detrás de los rossoblù siguen bien seis equipos. Recuperar hombres y seguridad, este será el mantra en Cagliari desde ahora hasta el partido del domingo 5 de mayo a las 12.30 horas. Conscientes de la importancia de mantener la Serie A, traer finalmente a puerto un barco que desde julio hasta hoy ha afrontado tormentas de todo tipo, pero nunca ha perdido del todo el rumbo.

Francisco aresu

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