Un padre que, el pasado diciembre, fue detenido por la policía después de que su hija de siete años llamara al 112 y dijera: “Corre, papá está pegando a mamá”, ha aceptado una pena de prisión de un año y ocho meses. El incidente se remonta al 15 de diciembre de 2023 y tras validarse la detención, el hombre, un trabajador nigeriano de 40 años, acabó en prisión por malos tratos familiares y lesiones. Sin embargo, en las últimas horas negoció un acuerdo de culpabilidad ante la jueza Francesca De Palma. Fue defendido por la abogada Caterina Ficiarà. Fue el propio imputado quien pidió un acuerdo de culpabilidad inmediatamente después de que la fiscal Rosario Lioniello cerrara la investigación. Aquella tarde, en su casa, en Falconara Marittima, durante una discusión, el hombre de 40 años había golpeado a su esposa, su compatriota de 35, provocándole hematomas en la cabeza y el cuello, con un pronóstico de 5 días. Al ver a su madre en dificultades, la pequeña, también afectada por el caso de Giulia Cecchettin, del que tanto se habló entonces, marcó el 112 con un teléfono móvil. Un operador respondió e inmediatamente se dio cuenta de que había un menor al otro lado del teléfono. Fue posible localizar la casa desde el celular. La policía ya había estado allí anteriormente, en agosto, por una discusión entre los cónyuges, pero la mujer no quiso presentar cargos. Los malos tratos se prolongaban desde 2017. Tras el acuerdo de culpabilidad, el nigeriano fue puesto en libertad con los beneficios de la ley. La pareja sigue junta y él volverá a casa.
