El tratamiento del técnico Gotti funciona.

De Pierotti a Krstovic. Así acabó la maniobra que desembocó en el gol del Lecce en el partido del pasado sábado ante el Monza. La acción,…

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De Pierotti a Krstovic. Así acabó la maniobra que desembocó en el gol del Lecce en el partido del pasado sábado ante el Monza. La acción, iniciada con un balón largo lanzado por Falcone, fue finalizada por Pierotti con un cabezazo perfecto que precedió a la conclusión del krstovic. El disparo resultante fue imparable para el portero lombardo Di Gregorio y también confirmó el buen estado de forma de los dos atacantes giallorossi.
Sí porque desde hace poco más de un mes, Luca gotti fue convocado para volver a poner en marcha la máquina Giallorossi, tanto Krstovic como Pierotti se apuntaron a ese grupo de jugadores revitalizado Del cambio en el banquillo. De hecho, junto a un Gallo que se está consolidando como uno de los mejores laterales izquierdos del torneo, un Dorgu en la plataforma de lanzamiento desde que fue desplegado en una posición más avanzada, un Blin que ha vuelto a ser protagonista en el centro del campo, fueron el atacante montenegrino y el futbolista argentino para hacerse un espacio importante.
En cuanto a Krstovic, el ‘9’ fue decisivo en los dos últimos partidos del Lecce, marcando, como ya hemos dicho, el gol de la momentánea ventaja ante Monza y registrar la que es su única asistencia de la temporada hasta el momento una semana antes contra el Sassuolo. La dedicación del jugador en la fase defensiva nunca ha sido cuestionada, pero este gol marcado tres meses después del último (contra el Génova gracias a un desvío cómplice del oponente) ciertamente hace justicia a un atacante que siempre trabaja para el equipo.
Desde la llegada de Gotti, el delantero montenegrino también ha podido beneficiarse de una nueva conformación del ataque giallorossi, con el técnico veneciano que ha decidido apoyarle permanentemente. Chiquitos. Jugar con dos hombres grandes al frente permite que Krstovic no sea el único punto de referencia al que las defensas contrarias deben prestar atención. Y la ex Dunajská Streda parece aprovechar esta mayor libertad. Desde el punto de vista táctico, Krstovic parece menos aislado en la fase ofensiva. Esta mayor implicación del chico de Golubovci en la maniobra de los Giallorossi se confirma con un dato: si nos fijamos en los pases clave recogidos por la empresa Sics (es decir, aquellos pases que permiten superar al menos una línea defensiva rival), Krstovic produjo una media de 2,6 en los cinco partidos con Gotti como entrenador (se perdió el partido contra el Empoli por descalificación, ndr.), frente a una media de uno por partido en los partidos anteriores disputados.
Llegando a Pierotti, el argentino llegó en enero para dar una solución extra al ataque del Lecce. El ex jugador de Colon sin embargo, pronto se transformó en una especie de objeto misterioso, prácticamente desapareciendo del radar. Bajo la nueva dirección técnica, Pierotti sigue siendo poco utilizado (sólo veinte minutos marcados en los últimos cuatro partidos), pero está resultando decisivo. De hecho, sus presentaciones desde el banquillo fueron importantes tanto contra Monza como dos semanas antes contra Empoli, cuando el número 50 del Lecce ganó obstinadamente un balón que luego transformó enasistir sirvió a Sansone para el gol de la victoria.
En este sentido Pierotti se está transformando en lo que en inglés se llama un supersub (super sustituto), es decir, un jugador que, saliendo del banquillo, tiene un impacto positivo en su equipo. No un sexto hombre como en el baloncesto, dado que Pierotti nunca es la primera opción a la hora de hacer sustituciones, pero sigue siendo un elemento que de alguna manera podría seguir los pasos de lo que hizo Anselmo Robbiati con la Fiorentina de Claudio Ranieri en el campeonato 1996-97. El popular Spadino (así se llama el jugador de viola) fue capaz de marcar 11 goles en aquel torneo, resultando decisivo prácticamente cada vez que entró al terreno de juego. A pesar de tener características completamente diferentes a las de Gigliato, Pierotti pretende tener un efecto similar en Lecce. Y ello jugando sólo un puñado de minutos por partido. Quién sabe qué podría hacer el argentino si tuviera a su disposición al menos un cuarto de hora seguida.

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