El partidista Giannini | El papel

El partidista Giannini | El papel
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¿Quién dijo que el espíritu de la Resistencia ha desaparecido? Frente a la deriva autoritaria, hay fuerzas morales y civiles en el país que sólo esperan una señal, una iniciativa, para movilizarse. Y así fue. Lilia Grubersobre “Otto e mezzo”, reveló la existencia de un grupo partidista no clandestino pero hasta ahora desconocido: un grupo de WhatsApppara ser preciso.

Su invitado fue el periodista. Massimo Giannini, a quien el presentador preguntó precisamente por este chat. El ex director de Prensa, de hecho, para celebrar el Liberación Envió un mensaje a la libreta de direcciones de su iPhone a primera hora de la mañana, “pero al hacerlo – dijo – se me ocurrió la idea de formar un grupo y veamos el efecto que tiene”. Giannini remitió una frase de Sandro Pertini, según el cual “todas las ideas merecen respeto, el fascismo no. No es una idea, es la muerte de todas las ideas. ¡Viva el 25 de abril!”.

¿Qué pasó? “En pocas horas, miles de personas comunes y corrientes se unieron a este grupo”, pero también muchos políticos y personalidades. Los que, precisamente, están en la columna de Giannini: “Nunca había sucedido que la gente se sumara a la misma iniciativa Prodi y Bertinotti, Letta y Renzi, D’Alema y Veltroni – afirma el editorialista de Repubblica –. Escritores y compositores, de Baglioni a Venditti, de Nina Zilli a Paola Turci y Luca Zingaretti”. Un grupo de WhatsApp ciertamente no es una brigada de Matteotti, pero una cosa lleva a la otra. “También evaluaremos si hacer algo con ella”, afirma Giannini, porque representa “otra Italia” respecto al gobierno Meloni: “Es un patrimonio fundamental” y “es bueno que provenga de la sociedad civil”.

Sin embargo, en la reconstrucción de este movimiento espontáneo algo no cuadra. Primero, los números. Es poco probable que los miembros de la Brigada Giannini sean “miles”, aunque sólo sea por un límite técnico. La primera regla de los grupos de WhatsApp, de hecho, es que “Puedes crear un grupo con hasta 1.024 miembros”. Por lo tanto, no varios miles, sino como máximo mil.

Pero, en realidad, el mayor problema se refiere a los métodos de reclutamiento: por qué el comandante Giannini habla de “adhesiones”, cuando parece que la práctica se parecía más a un servicio militar obligatorio. Fue una especie de desertor quien lo reveló. El periodista Antonello Piroso, en su columna “El Caballero Negro” en Virgin Radio, confesó ser parte del grupo, que sin embargo tiene más números de batallón que de brigada: “¿Miles y miles de miembros? Este chat, a las 8.32, tiene 932 miembros.”

Pero grandeza aparte, la queja de Piroso se refiere a los métodos de alistamiento: “¿Soy parte de esta charla porque alguien me lo preguntó? No. Fui agregado por uno de los miembros”. En este punto, Piroso se encontró en una situación desagradable: atrapado en un club al que no quería unirse, a riesgo de ser considerado fascista si se marchaba. “Una mañana me desperté y encontré una notificación en WhatsApp”.

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