Certa Stampa – 25 DE ABRIL / TERAMO ANTIFASCISTA CELEBRA LA LIBERACIÓN

Con motivo del 79º aniversario de la Liberación de Italia, la antifascista Teramo ha sido escenario hoy de las tradicionales manifestaciones de celebración.
Primero en Largo Madonna delle Grazie, monumento a los Caídos de la Resistencia: colocación de la Corona de Laurel, luego en Viale Mazzini, monumento a los Caídos de todas las Guerras: Izamiento de la bandera – Himno – Colocación de la Corona de Laurel – intervenciones festivas , luego la entrega del ” Mérito Ciudadano ” a los valores de la Resistencia, seguida de la Villa Comunale “Stefano Bandini”: conmemoración de los Teramani Alberto Pepe, Mario Capuani, Berardo D’Antonio, Romolo Di Giovannanantonio y finalmente en Miano – Monumento a los Caídos – tradicional homenaje a la Resistencia por parte de los vecinos.


Este es el discurso del alcalde

“La Resistencia fue un acontecimiento extraordinario. Había creado una unidad verdaderamente excepcional que iba desde los oficiales badoglianos hasta los trabajadores comunistas.”
Creo que el significado más profundo del 25 de abril, que representó el epílogo de la lucha pluralista y popular por la libertad, está contenido en las palabras de Nilde Iotti. Palabras que hoy, en un momento histórico en el que las celebraciones de la Liberación son cada vez más cuestionadas, en el que asistimos diariamente a intentos, incluso por parte de representantes institucionales, de censurar el antifascismo, de olvidarlo, de negarlo, nos recuerdan indeleblemente cómo La liberación es patrimonio de todos.
El 25 de abril no puede ni debe ser una fecha divisoria, al contrario debe seguir representando, para nuestras comunidades, como lo fue en 1945, un momento de unidad nacional. Negarlo significa negar el sacrificio de aquellos hombres y mujeres que sacrificaron sus vidas por la libertad y la dignidad de nuestro país. Hombres y mujeres de diferentes orígenes sociales, culturales y políticos, que lucharon contra la dictadura nazi-fascista.
Un antifascismo que está en la base de nuestra Constitución, que representa su espíritu en sus principios fundamentales: no sólo un derecho, sino un verdadero deber. Intentar borrarlo resulta, paradójicamente, en su afirmación aún más fuerte. Porque son precisamente los intentos de negarlo los que nos confirman que hoy, más que en el pasado reciente, es imprescindible reiterar su necesidad y valor como defensa de la dignidad humana.
Durante la Asamblea Constituyente, el propio Aldo Moro, refiriéndose al deseo expresado por algunos colegas de que la Constitución no fuera antifascista sino afascista, expresó su desacuerdo, precisamente en virtud de la oposición común, que había conducido a la Liberación, al régimen fascista. opresión de los valores de la persona humana y de la solidaridad social. “No podemos olvidar lo que pasó, porque esta Constitución hoy surge de esa resistencia, de esa lucha, de esa negación, por la cual nos encontramos juntos en el frente de la resistencia y de la guerra revolucionaria y ahora nos encontramos juntos por este compromiso de afirmación de los valores supremos de la dignidad humana y de la vida social”, afirmó Aldo Moro.
Para mirar hacia el futuro debemos recordar y experimentar nuestro pasado. Porque es precisamente en la Resistencia, en el ser partidistas, en la Liberación -que es algo más que libertad- donde se encuentran aquellos valores que representan los anticuerpos contra esos desvalores que hoy están en la base de demasiados acontecimientos que afectan a las poblaciones. y la gente está contenida.

La Liberación del 45 fue ante todo una liberación de las guerras. Una Liberación que se tradujo en el predominio del derecho, sancionado posteriormente por el artículo 11 de la Constitución, contenido en ese repudio “de la guerra como instrumento de atentado contra la libertad de los demás pueblos y como medio de solución de controversias internacionales”.
Un valor que debemos redescubrir hoy, también con la conciencia de que la Liberación no es sólo libertad de la opresión y de las guerras, que todavía hoy ensangrentan el mundo y borran la sonrisa de los ojos de cada niño, sino que es liberación de la necesidad, libertad para ser poder elegir una profesión adecuada, libertad para poder construir un proyecto de vida que nos haga felices, satisfechos, libertad para permanecer en el propio país y no tener que verse obligado a abandonarlo por motivos económicos.
Liberación, hoy más que nunca, significa garantía de derechos. Esos derechos grabados en nuestra Constitución que, como dijo Sandro Pertini “es un buen documento, pero nos corresponde a nosotros garantizar que ciertos artículos no queden en letra muerta, tinta sobre papel”. En este sentido, la Resistencia continúa.”
Y por eso me dirijo especialmente a las nuevas generaciones: los derechos, incluso los que creemos adquiridos, nunca se adquieren plenamente. Hay que defenderlos cada día, con nuestros comportamientos cotidianos. Hay que defenderlos siendo siempre partidistas. Y hoy más que nunca ser partidista significa no mirar atrás ante las injusticias, no ser nunca indiferente, defender a los últimos, no dejar a nadie atrás.
Hoy ser partidista significa recuperar esa conciencia europea que fue uno de los grandes beneficios de la Liberación. Porque la Resistencia, que desembocó en aquel 25 de abril de 1945, no fue sólo un acontecimiento italiano. Aunque con características diferentes, unió a toda Europa con un objetivo idéntico: la liberación de los territorios nacionales en nombre de la dignidad del hombre contra la barbarie.
Y de esa Liberación nació la conciencia de la necesidad de unir a los países europeos bajo un paraguas común de valores. Después de la Segunda Guerra Mundial, Europa, tal como la conocemos hoy, nació también para que, mediante la construcción de un proceso de paz duradero, basado en un concepto de soberanía compartida, principios y valores fundamentales, no se repitieran los horrores vividos.
Hoy, precisamente para dar un sentido a la Liberación que no sea una mera celebración retórica, para vivirla en los acontecimientos actuales, debemos retomar el camino nunca realmente recorrido hacia una Europa libre, unida y solidaria, basada en principios, valores, derechos e instituciones y que consagra la paz entre los pueblos europeos, como lo esbozaron con previsión Altiero Spinelli y Ernesto Rossi en el Manifiesto Ventotene. Una paz que, no me cansaré de repetir, no significa sólo el fin de la guerra, sino sobre todo la construcción de un futuro mejor, estable y pacífico para todos los pueblos.
Sólo así honraremos verdaderamente el sacrificio de esos jóvenes, esas mujeres, esos hombres, que dieron su vida para darnos un presente y un futuro de justicia y libertad.
Un sacrificio que puso a nuestro territorio, a nuestra comunidad, en primera línea de la lucha contra la opresión nazi-fascista. Una página de nuestra historia que también revivimos a través de los lugares de nuestra ciudad, como Porta Reale – donde se encuentra el monumento en honor a los partisanos – o Viale Mazzini – con el monumento a los caídos en las guerras – así como a través de los lugares de nuestra provincia y el Recuerdo a aquellas mujeres y hombres de Teramo que representan el símbolo de la Resistencia: pienso en Giuliana Valente, a quien hoy presentaremos un certificado de mérito, en Giovanna Di Filippo Mobili y Margherita Ammazzalorso; Pienso en Mario Capuani y Alberto Pepe. Mujeres y hombres que además de ser protagonistas de la lucha de Liberación, nos han dejado un testimonio muy importante: el del antifascismo como expresión de libertad y democracia.
Por eso, en Teramo, todavía hoy seguimos siendo enérgicamente antifascistas.
Teramo es antifascista porque se reconoce en los valores de los héroes de Bosco Martese, la primera batalla abierta entre los partisanos y las formaciones nazifascistas: fue entre esas montañas, entre esos caminos, donde se escribió la historia. que se sentaron las bases de nuestra Constitución.
Teramo es antifascista porque no teme cantar en sus calles “Bella Ciao”, cuyas notas no dejarán de recordarnos el sacrificio de quienes perdieron la vida para liberar a nuestro país del yugo nazifascista. dándonos un presente y un futuro de libertad y derechos.
Teramo es antifascista porque es una “Ciudad abierta al mundo” que valora las diferencias, que promueve el diálogo, que pone a la persona en el centro, que reconoce al otro como un activo.
Teramo es antifascista porque es una ciudad de derechos, que pone en el centro la igualdad, que no deja a nadie atrás, que ha hecho de la integración y la inclusión sus faros, que cuando extiende el brazo y la mano lo hace exclusivamente con la única objetivo de ayudar a los necesitados a recuperarse.
Teramo es antifascista porque en esta época en la que los desvalores que creíamos lejanos vuelven a cobrar protagonismo, sigue creyendo y trabajando por una sociedad libre y justa, en la que la dignidad del hombre esté por encima de todo.
Hoy más que nunca, aquí en nuestra ciudad, viva la Resistencia, viva la Liberación, viva la Constitución antifascista, viva la Paz, viva Teramo.

Gianguido D’Alberto
alcalde de Téramo

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