SULMONA. Estaban a punto de introducir un teléfono en la prisión de Sulmona con un dron, pero fueron sorprendidos y denunciados por la policía.
Se trata de un hombre de 60 años y un joven de 25 años. Los militares los encontraron cerca del instituto penitenciario y confiscaron el teléfono móvil con batería externa para cargarlo, que estaban sujetos con hilo de nailon y un mosquetón. La policía cree que el material estaba destinado a un prisionero.
El fenómeno de la entrada de teléfonos móviles, pero también de sustancias estupefacientes en las cárceles mediante el uso de drones, está muy extendido tanto en Abruzos como en otras regiones y, para frenarlo, la policía ha intensificado los controles.
PROTESTA EN PRISIÓN. Mientras tanto, ayer por la mañana un preso de unos 40 años se enfureció, “secuestrando” durante varios minutos a los demás reclusos y a los funcionarios de guardia. El hombre, preso a perpetuidad y que ya había sido protagonista de actos violentos en el pasado, abandonó su celda y su sección para dirigirse hacia el bloque de lavandería de la prisión. Aquí, en claro estado de agitación, ocupó la zona protestando ante la policía por un paquete que supuestamente le había sido negado. Sólo con un diálogo agotador los funcionarios de prisiones, a pesar de la grave y prolongada escasez de personal, lograron gestionar profesionalmente la delicada situación y restablecer la calma. Luego el recluso fue devuelto a su celda.
