La empresa Audace Cerignola recordó a Saverio Spicciariello en Monterisi

Saverio Spicciariello Sin duda, era uno de los fans más leales y apasionados de Gialloblù. Por ello el club y el equipo quisieron recordarle con un homenaje floral el pasado domingo en Monterisi.

el bombardero Giancarlo Malcore, antes del inicio del partido, Colocó un ramo de flores en el asiento de las gradas donde solía ver los partidos.

las palabras de hija antonella nos ayudaron a reconstruir la figura de este hombre, que muchos en la ciudad recordarán por su amabilidad, bondad de espíritu y gran pasión futbolística por la Audace Cerignola.

Mi padre fue el padre por excelencia, siempre atento a las necesidades de sus hijas y de su familia en general. Quienes lo conocían lo amaban, porque era una buena persona que no conocía la envidia y, de hecho, siempre estaba dispuesto a ayudar a todos.“, el empezó antonellahija de Saverio Spicciariello.

Su fe religiosa era fuerte: de hecho era parte de la Hermandad de San Antonio. Trabajando en la antigua Sip, hoy Telecom, Saverio había compartido con su hermano la dirección de la librería cercana al Duomo, en la que se instalaron dos cabinas telefónicas. En la era de las fichas y las interminables llamadas telefónicas, muchos seguramente recordarán este lugar de encuentro y cultura.

El equipo de Ceriñola, mi padre lo llevaba en la sangre – prosiguió Antonella – iba siempre al estadio. Lo recuerdo muy bien porque cuando el equipo jugaba en casa, el domingo, nos obligaba a almorzar a las 12 porque tenía que correr al estadio. Siguió al equipo hasta la semana anterior a su ascenso al Cielo, los vigiló dondequiera que estuvieran, les dio fuerza en los momentos de sufrimiento. Mi padre había estado enfermo durante algún tiempo, pero a pesar de todo, este año también había renovado su abono para el estadio. Era su forma de apoyar al equipo en el que tanto creía“.

El homenaje del equipo a Saverio llenó de alegría a su hija Antonella, que estuvo presente el domingo en el estadio pero no se sentó en las gradas donde antes se sentaba su padre. “Estaba cerca, pero preferí mirar como espectador porque era un momento enteramente dedicado a él.“, precisó.

Imaginé que vio a Malcore dejando las flores donde estaba sentado, y que eso lo hacía feliz. En los momentos tristes, cada gesto puede ayudar a pensar que se puede vivir otra vida, permaneciendo siempre en nuestros recuerdos y en la vida cotidiana. Estoy convencido de que desde allí seguirá siguiendo al equipo de Ceriñola.“, concluyó Antonella.

La fe en el fútbol, ​​cuando es verdadera y está respaldada por una gran admiración, puede durar toda la vida. Gracias Saverio por recordárnoslo.

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