Leonardo, ahora también se teme por el futuro del sitio de Taranto

No es sólo la planta de Grottaglie la que ha entrado en la espiral de la crisis de Leonardo. De hecho, también comienza a cundir la preocupación por el destino de la planta de Taranto, la del distrito Paolo VI.

Se trata del complejo de la antigua Escuela CISL, posteriormente adquirida por Finmeccanica y que primero se convirtió en la sede de Space Software Italia antes de ser absorbida por Leonardo-Defense Electronics Division. Es una de las cuatro instalaciones de Leonardo en Apulia: los timones de los aviones se construyen en Foggia, los helicópteros en Brindisi, los fuselajes en Grottaglie y el software para los cuerpos militares se desarrolla en la planta de Taranto. Un sitio estratégico, por tanto. Pero, como se ha dicho, desde que la crisis de Leonardo estalló con toda su claridad, también se teme por el futuro del sitio Taranto-Paolo VI. De hecho, desde hace algún tiempo circulan rumores sobre el cierre de la planta de Taranto, propiedad de Leonardo (por lo tanto no hay gastos de alquiler), donde trabajan 150 empleados y que emplea a una veintena de trabajadores relacionados. El temor es que esos 150 empleados acaben siendo trasladados a Grottaglie para entrar en el caldero de los despidos y los hipotéticos traslados del personal de la planta de Grottaglie.

Situación que está generando alarma entre los empleados y por ello hoy al mediodía tendrá lugar una reunión conjunta de las comisiones de Actividades Productivas y de Ordenación Territorial del ayuntamiento, presididas respectivamente por los concejales Goffredo Lo Muzio y Giuseppe Fiusco. A la reunión fue invitado el presidente de Leonardo SpA, Stefano Pontecorvo. El propio Fiusco, ya empleado de Leonardo y miembro de Cgil, no oculta sus preocupaciones y dudas sobre esta operación que, según se informa, está en trámite. «Pediremos al presidente Pontecorvo – explica Fiusco a nuestro periódico – aclaraciones sobre el posible traslado a Grottaglie.

Este sitio, por los recursos humanos que tiene disponibles, es una excelencia de nuestro territorio y su cierre constituiría un agotamiento de empleo y recursos intelectuales para la ciudad. Aquí hay ingenieros que desarrollan software para las fuerzas armadas: ¿los enviarán a Italia? Y entonces, ¿qué finalidad tendrá este sitio en caso de cierre? ¿Será abandonado a sí mismo, produciendo degradación? ¿Y qué camino se ha estudiado para los trabajadores afines? Todas estas son preguntas para las que pedimos claridad. Pero, sobre todo, lucharemos para evitar el cierre de este centro de excelencia laboral de Taranto”.